Aún es una incógnita. Y los principales sospechosos niegan la mayor. La sesión constitutiva del nuevo Parlamento de Cataluña celebrada este miércoles tuvo dos protagonistas indiscutibles. Por un lado, el elegido nuevo presidente de la cámara, el joven republicano Roger Torrent. El otro, el 'traidor' que votó en blanco en contra de lo que estaba previsto.
Las cuentas eran claras. 57 diputados del bloque denominado 'constitucionalista' por un lado (PSC, PP y Cs). 65 parlamentarios independentistas en el otro (JxCAT, ERC y CUP). Y, en el medio, los ocho votos de los 'comunes' que habían decidido votar en blanco para no decantarse por ninguno de los dos candidatos propuestos.
Cuando el presidente de la Mesa de Edad -el órgano encargado de dirigir la sesión- expuso en voz alta el recuento de las papeletas, los números no cuadraban. Sobraba un voto en blanco y nadie sabía a quién correspondía. Un despistado, tal vez. Difícil equivocarse con la papeleta, pues no había que apretar ningún botón.
Al no obtener mayoría absoluta (68 diputados) -los cinco exmiembros del Govern huidos en Bélgica habían renunciado a delegar su voto- el sufragio debía repetirse para conseguir una mayoría simple. El recuento fue el mismo y todas las alarmas saltaron. No podía ser una equivocación. Había un diputado desleal en las filas del bloque constitucional que se escondía tras el carácter secreto del voto.
Las dos teorías
Desde el PSC se apresuraron a negar mediante los canales de prensa que el doble voto en blanco hubiese salido de sus filas. Ramón Espadaler, el diputado de Unió que Miquel Iceta incorporó a su candidatura para atraerse el voto nacionalista, era el principal señalado. A través de su cuenta en Twitter, negó la mayor. "Cuando llegue el caso de tener que votar de forma diferenciada a los socialistas (cosa que tarde o temprano pasará) no lo haremos a escondidas, sino abiertamente y explicando las razones", sentenciaba.
Si no había sido él, el otro grupo con razones para hacer algo semejante sólo podía ser el PP. Los cuatro diputados populares están muy molestos con Ciudadanos, por haberse negado a prestarles un escaño para que puedan formar un grupo parlamentario propio y salir del Grupo Mixto, que deberán compartir con los antisistema de la CUP.
El diputado Santi Rodríguez desmontaba la teoría de la venganza en rueda de prensa al término de la sesión, alegando que no existía un acuerdo entre PP y Cs para apoyar al candidato naranja, José María Espejo-Saavedra, sino que fueron los propios populares los que se ofrecieron a apoyarle. ¿Por qué iban a traicionarles?