Opinión

En Davos faltan pilinguis

Ustedes sabrán disculpar el titular que responde a una gravísima situación que deben afrontar los próceres reunidos en el Foro de Davos. Por si no lo tienen presente, en ese Foro se deciden cosas tales como que comer insectos es mejor que comers

  • Foro de Davos -

Ustedes sabrán disculpar el titular que responde a una gravísima situación que deben afrontar los próceres reunidos en el Foro de Davos. Por si no lo tienen presente, en ese Foro se deciden cosas tales como que comer insectos es mejor que comerse un buen cuarto asado de cordero en Peñaranda, que ir en patinete o bicicleta es mucho mejor que ir en un Aston Martin o que el cambio climático es tremebundo y a partir de ahora nadie se duchará más que una vez al mes. Bueno, esto último algunos políticos, políticas y polítiques que conozco ya lo hacen. Pero el grito de alarma lo ha dado el rotativo británico Daily Mail: las agencias de pilinguis de lujo, a saber, de señoritas que fuman y dicen de tú a los caballeros, de despampanantes mujeres insolidarias que son guapas, van depiladas, de peluquería, con la manicura y pedicura perfectas, que hablan siete idiomas y que antes eran casi todas agentes del KGB, han dicho que no dan abasto ante la demanda que en Davos se ha producido. Resumiendo: que faltan putas.

A propósito del oficio más viejo del mundo no puedo por menos que reproducir los divertidísimos versos repletos de ingenio y mala leche que dedicó al asunto el último gran poeta popular catalán Josep María de Sagarra: Perqué abriguem la ferma convicció que en aquest món, del sàtrapa i el xai, les putes sempre tenen la raó i els accionistas no la tenen mai. Lo que traducido equivale a que abrigamos la firme convicción de que en este mundo del sátrapa y el cordero – léase el cobarde, el timorato, el pusilánime – las putas siempre tienen la razón y los accionistas no la tienen nunca. Si, porque nosotros estaremos siempre al lado de lo que Cela denominaba izas, rabizas y colipoterras, de las peripatéticas Damas de la Noche, de aquellas que, por no tener ni poseer nada más que su cuerpo, han de mercadear forzosamente con el mismo. Por ese esclavismo que no tiene fin hemos de afirmar también que nos manifestamos abiertamente contra el putero, el que a cambio de vil metal se cree con derecho a usar un cuerpo que no es suyo y maltratarlo en muchas ocasiones.

Nosotros estaremos siempre al lado de lo que Cela denominaba izas, rabizas y colipoterras

Todo esto lo decimos porque se suponía que ahí, en Davos o en otros foros que nadie ha elegido pero que se arrogan con soberbia la potestad de decidir sobre nuestras vidas, iban a reunirse para llegar a acuerdos beneficiosos para la humanidad. Ya ven que no. Es cosa que suponíamos, no les engañaré, porque todo el entramado de organismos supranacionales se ha revelado como una olla repleta de gusanos que nadie se atreve a destapar porque están pringados todos los gobiernos del mundo. Ahora bien, que los asistentes a eso aquelarres, de habitual entraditos en años, tengan el cuerpo tan jotero como para que las madames del lugar tengan que pedir ayuda a sus colegas de localidades próximas es para ciscarse en la conjunción copulativa, y ustedes disimulen.

Todo esto debe formar parte del nuevo progresismo, claro, y los rancios como quien esto escribe no estamos preparados para tanto avance. Pero servidor, que se crió a caballo de los barrios barceloneses de Pueblo Seco y El Chino, que llevaba cada noche el resopón a mi padre que trabajaba de camarero en el Cabaré Barcelona de Noche y al que aquellas señoras putas miraban con ternura de madres, porque la que más y la que menos tenía a un hijo en su pueblo natal criado como si fuera el sobrino de algún familiar, sabe de lo que habla y me dan arcadas ante esta noticia. Si, señoras y señores, lo repetiré tantas veces como sea preciso, me quedo antes con la puta que con el accionista. Y ni que decir tiene si el accionista, político, financiero, magnate o similar es, además, un hijo de la gran puta.

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