240 millones de ciudadanos de 50 estados están citados en las urnas este martes, 5 de noviembre, para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Unos comicios que decidirán si el próximo inquilino de la Casa Blanca es la actual vicepresidenta y líder demócrata, Kamala Harris, o el exmandatario y líder republicano, Donald Trump. Una jornada que llega después de una larga campaña, del todo inusual, violenta, repleta de descalificaciones y con las encuestas del todo ajustadas.
Nunca antes había estado tan reñido. La primera vez que el magnate se presentó a las elecciones, en 2016, todos los sondeos condecían la victoria a la demócrata Hillary Clinton. Sin embargo, todo dio un vuelco tras los comicios y salió victorioso Trump. La demócrata contó con mayor cantidad de votos, pero debido al sistema electoral, finalmente ganó Trump. Gran cantidad de votantes ocultaron su voto real o decidieron cambiarlo en el último momento.
Ahora, la fecha ha llegado tras una de las campañas más violentas de la historia de Estados Unidos y la creciente polarización. Por ello, desde hace unos días, las autoridades refuerzan los centros de votación con drones, chalecos antibalas y hasta francotiradores, para garantizar que los comicios se desarrollan de forma segura ante la posibilidad real de que haya episodios de violencia. También se contará con el mayor número de observadores federales de la historia.
Durante las últimas horas, los candidatos han protagonizado un sprint final para tratar de rascar los máximos respaldos posibles en los 'estados bisagra' ('Swing States', en inglés).
Asimismo, a raíz de lo ocurrido en el Capitolio el 6 de enero de 2021, el asalto que concluyó con la muerte de cinco personas, la policía de la sede del Congreso ha realizado un simulacro de evacuación, tal y como recogió la cadena Fox News. El intento de asesinato a Trump en un mitin celebrado en julio en Pensilvania también ha provocado un incremento de la protección.
Últimas horas antes de las elecciones en Estados Unidos
Durante las últimas horas, los candidatos han protagonizado un sprint final para tratar de rascar los máximos respaldos posibles en los estados clave. Todos importan, pero es cierto que algunos ya están prácticamente repartidos, como es el caso de California, que implica 54 votos para Harris, o de Texas, que son 40 apoyos que irán directamente para Trump.
Así, desde este domingo, tanto el expresidente como la vicepresidenta comenzaron a redoblar esfuerzos en lugares como Georgia, donde Trump atacó de nuevo a Harris exigiéndola que se fuera y asegurando que es "la peor vicepresidenta en la historia". En Pensilvania -otro 'estado bisagra'-, llegó a acusar a Harris de ser una "mierda de vicepresidenta".
El pasado domingo, el exmandatario celebró mítines en tres pequeñas localidades de 'estados bisagra' ('Swing States', en inglés), acercándose así a otro electorado relevante, la población rural, parte muy importante de la base electoral del Partido Republicano.
IMAGEN: Un simpatizante de Donald Trump. EFE
Los últimos días, Trump ha asegurado en Pensilvania que este martes sería "el día de la liberación" del país y ha continuado con su discurso sobre la inmigración, que asegura que está conviertiendo a EEUU en "un país ocupado", así como la economía y la inflación.
Por su parte, la vicepresidenta ha acudido a Míchigan y volvió a defender su lema de "pasar página". La vicepresidenta acudió a una iglesia afroamericana y volvió a recurrir a Barack Obama en su campaña en dicho estado. El expresidente (2009-2019) pidió el voto latino, afroamericano, judío y árabe.
Las descalificaciones también se han dado por parte de Harris. Para responder a Trump, le calificó de "inestable y desquiciado" y exmandatario "degrada" la Presidencia.
Harris también ha seguido librando la intensa batalla por los 'estados bisagra', con encuestas que muestran un escenario muy ajustado en los estados clave. De los siete, Harris y Trump están empatados en tres: Míchigan (15 votos), Pensilvania (19) y Georgia (16). Por lo que la victoria parece que se dará con una diferencia ínfima. En total, hay en juego 538 votos, por lo que, para lograr la presidencia, necesitan 270.
IMAGEN: Un votante de Kamala Harris. EFE
Fin a una vertiginosa campaña
De esta manera, este martes termina una vertiginosa campaña en la que han ocurrido cosas como un cambio de candidato demócrata tras un debate electoral devastador y a solo cinco meses de la cita electoral, con ínfimas esperanzas en la recuperación del partido. La nueva lideresa dio un vuelvo al tablero, logró récord de recaudación y cambió las encuestas con una aceptación y acogida que pareció milagrosa.
IMAGEN: Intento de asesinato a Donald Trump. EFE.
También ha sido una campaña con un intento de asesinato contra el republicano y una de las imágenes más potentes de la historia o en la que se ha confirmado el apoyo público al mismo de uno de los hombres más ricos del mundo a la par que excéntrico, Elon Musk.
Ha sido una campaña en la que el debate entre Trump y Harris dejó instantáneas como la del magnate asegurando que las personas inmigrantes haitianas "se comen a los perros, gatos y mascotas" en Springfield (Ohio). También la del apoyo público de la artista con más seguidores del globo, Taylor Swift, a la vicepresidenta o en la que la demócrata ha aseverado tener un arma en casa y no dudar en utilizarla si irrumpían en su casa.
Quedan escasas horas para que comience la votación y, sin duda, el escenario es de los más inciertos de las últimas décadas.
IMAGEN: Cartel de la campaña de Kamala Harris y Tim Walz. EFE.
