El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, mantiene el pulso a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el asunto de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas. Sin entrar en un cruce de descalificaciones después de que Díaz le haya acusado de "mala persona", Cuerpo continúa con su plan de tender puentes con los empresarios en un discurso cada vez más alineado con el de CEOE. Busca así facilitar el apoyo parlamentario de PNV y Junts a la medida.
Este martes el ministro de Economía aprovechó todas las ocasiones que tuvo para dejar claro que la reducción de jornada a 37,5 horas es un "compromiso" del Gobierno, pero debe hacerse teniendo en cuenta la realidad de la economía española, de los empresarios y del Parlamento. "Tenemos que conquistar este derecho de la manera más efectiva y sostenible, y para eso es necesario acompañar a las empresas, sobre todo a las pymes, que serán las que más dificultades tendrán", dijo.
Habló de productividad, un mantra que se ha utilizado en una y otra dirección para justificar la forma de reducir la jornada laboral. Según Trabajo y los sindicatos, los empleados serán más productivos si trabajan menos horas; mientras que los empresarios han incidido en que el orden es el inverso: debe aumentar la productividad para reducir la jornada. Cuerpo se alineó este martes con ellos: "Tenemos que conseguir que las empresas sigan ganando productividad para atraer mayores salarios y avanzar en la reducción de la jornada", apuntó.
En definitiva, Cuerpo dejó claro que si se consiguen los apoyos parlamentarios, la reducción de jornada podría salir adelante este año, como quiere Yolanda Díaz, pero para eso se deben adoptar medidas que mejoren la productividad y eviten un impacto negativo en los resultados de las empresas y en los salarios. El plan de Díaz, sin embargo, pasa por sacar adelante la medida en 2025 sin ayudas a los empresarios, después de que CEOE rechazara la última propuesta del Ministerio de Trabajo y alcanzara un acuerdo únicamente con los sindicatos.
El apoyo de PNV y Junts
En sus declaraciones, Cuerpo dejó entrever que esta es también la manera de garantizar el éxito de la norma en el Congreso. "Un diseño equilibrado" de las medidas es "la receta que funciona" teniendo en cuenta "la realidad del arco parlamentario que tenemos ahora mismo en España", dijo. Busca así el apoyo de PNV y Junts. Los nacionalistas vascos estarían a favor de una reducción de la jornada, que ya se incluye en numerosos convenios pactados en Euskadi; pero insisten en que sería positivo un acuerdo tripartito, con el apoyo de la patronal.
En cuanto a Junts, la posición es menos clara. Su cercanía a los empresarios catalanes, representados por la organización Foment del Treball, pone en un brete el plan de Díaz. El partido que lidera Carles Puigdemont ha mostrado sus dudas sobre el recorte de la jornada laboral después de que la patronal catalana que preside Josep Sánchez Llibre haya movido ficha en contra de la "imposición". Paralelamente, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, viajó a Waterloo para abordar el asunto con Puigdemont.
Foment del Treball, como CEOE, exige que la reducción de jornada no sea una ley uniforme para todos los sectores y empresas, sino que sea algo que se acuerde en el marco de la negociación colectiva, entre empresarios y trabajadores. Avisan que, de lo contrario, "tendrá unos efectos muy perjudiciales para la economía española y la empresa", con incrementos de los costes laborales y pérdida de productividad. Desde Sumar aseguran que CEOE y Foment del Treball “no se adaptan a la democracia”.
Durante las últimas semanas el Ministerio de Trabajo también ha puesto el foco en el Partido Popular, instándole a apoyar la iniciativa cuando llegue a las Cortes Generales tras su giro social el pasado mes de septiembre, cuando planteó comprimir la semana laboral a cuatro días. Su objetivo es conseguir la abstención del partido de Núñez Feijóo, lo que permitiría la aprobación del proyecto de ley. Además, Díaz arrancará el año con una gira por España para promocionar la medida entre los ciudadanos y presionar así a los socialistas.