La aventura de Osama Abdul en la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol (Cenafe) ha terminado. Así lo confirmó el presidente de la organización, Miguel Ángel Galán, alegando motivos puramente profesionales para el despido del refugiado sirio que saltó a la fama por ser zancadilleado por una reportera húngara. Al parecer, Abdul tuvo serias dificultades para aprender el castellano, lo que complicaba mucho el correcto desarrollo de sus funciones.
Sin embargo Galán dejó abierta la puerta a un futuro regreso en febrero de 2017, siempre condicionado a que "se materialice su conocimiento del idioma y la integración necesaria para el desempeño de labores administrativas". Hay que recordar que Osama Abdul llegó a España en septiembre de 2015 tras aceptar la oferta de trabajo que le hizo Cenafe y que desde entonces vive en Getafe con sus dos hijos en un piso costeado por la Escuela de Entrenadores.
Abdul, molesto con la situación
Diferente es la versión de Abdul, quien lamenta que "me contrataron por un año y en un momento dado me dijeron que no me renovaban sin darme ninguna razón". Además el sirio ha explicado que ahora se encuentra buscando trabajo, ya que ha pedido su condición de refugiado de la guerra de Siria y su familia está viniendo a España: "estoy en una trance difícil; mi familia llegará dentro de un mes después de un proceso muy largo y ahora me quedo sin trabajo con lo difícil que es encontrar uno por la situación económica del país".
Osama cree que la empresa se ha aprovechado de su imagen y afirmó que "he salido en muchos medios y en entrevistas y en todas ellas me acompañó el director de Cenafe porque quiere ascender dentro de la Federación". Sin embargo, el refugiado ha querido dejar clara su gratitud hacia nuestro país: "Este es un país maravilloso e increíble y la gente ha sido muy amable y respetuosa. Quisiera que se quedaran los míos también y lo más importante para mí: encontrar un empleo".