Economía

Fainé y Brufau pactan su 'separación' y el reparto de poderes en Gas Natural y Repsol

Después de años de algún amor y muchos desencuentros, Isidre Fainé deja Repsol y Antonio Brufau hace lo propio en Gas Natural. Los dos pactan su 'separación': el de Manresa se centrará en relanzar la estrategia de la gasista y el de Mollerusa seguirá en la retaguardia de la petrolera, dirigida ya casi al cien por cien por Josu Jon Imaz. 

  • A la izquierda, el presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y de Gas Natural, charla con Antonio Brufau, presidente de Repsol.

Isidre Fainé y Antonio Brufau llevan décadas compartiendo manteles (de restaurantes y sobre todo de consejos de administración). Los dos arrancaron en La Caixa: el primero llegó a director general en 1985, con mando en plaza en el área financiera de la entidad; el segundo en 1998, con responsabilidades en la cartera industrial del grupo

Ahí trabajaban mano a mano, codo con codo y sin fricciones. Éstas tardaron en llegar, aunque nunca fueron oficialmente reconocidas por las partes. Fainé ha seguido toda su vida profesional en la entidad catalana y Brufau saltó a Gas Natural, también a consejero de Repsol y de ahí se aupó a la presidencia de Repsol cuando en 2004 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decidió prescindir de los servicios de Alfonso Cortina.

El distanciamiento de los dos altos ejecutivos catalanes se agravó cuando Sacyr primero y Pemex después intentaron cargarse, sin éxito, a Brufau 

El de Manresa llegó al consejo de Repsol en 2007 para defender los intereses del accionista de referencia, La Caixa, y defender la gestión de su antiguo compañero en la caja. No había fisuras en su relación, fluida y constructiva, hasta que llegaron las guerras internas en Repsol.

Primero fue la Sacyr de Luis del Rivero y después la Pemex de Emilio Lozoya (el hombre, ahora defenestrado, de Enrique Peña Nieto en la petrolera estatal mexicana). Los dos accionistas de Repsol intentaron cargarse a Brufau, sin muchos miramientos.

El ejecutivo de Mollerusa anduvo a veces buscando el apoyo explícito de Fainé, pero éste nunca llegó. La calculada ambigüedad del segundo a la hora de posicionarse en las dos guerras, manteniendo unas equidistancias de equilibrista, provocó el divorcio de los dos altos ejecutivos catalanas.

Brufau salió tocado, pero finalmente indemne de las dos guerras, mientras Fainé siguió como máximo ejecutivo de La Caixa y consejero de Repsol, al tiempo aquél también se veía las caras con su antiguo amigo en el consejo de Gas Natural Fenosa.

Llegado este escabroso ejercicio de 2016 para el sector energético y financiero, tanto Caixa como Repsol, cada una por causas distintas, han tenido que afrontar importantes cambios. La entidad bancaria ha tenido que prescindir de su presidente, por imposición de la Comisión Europea tras el rescate a la banca española, y Fainé es ahora presidente de la Fundación Bancaria.

El de Manresa y el de Mollerusa ya no se encontrarán en ningún consejo de administración

Brufau ha tenido que vender un 10% de Gas Natural Fenosa para aliviar su maltrecha situación financiera en un contexto de precios del petróleo por debajo de los 50 dólares el barril. Aventura la de la venta de la gasista catalana en la que ha ido acompañado de CaixaBank, que también se ha deshecho de otro 10%, con lo que ha llegado un nuevo actor al grupo (el fondo GIP) que viene con ganas de darle la vuelta a la gestión.

Así las cosas, Brufau ha decidido echarse a un lado, aprovechando el cambio del statu quo de poder en el grupo energético con sede en Barcelona, dejando en manos de su 'número dos', Josu Jon Imaz el puesto de consejero y vicepresidente no ejecutivo en representación de Repsol.

El de Mollerusa deja definitivamente Gas Natural el día en que Fainé toma las riendas de su presidencia y, a la vez, anuncia que deja su cargo de consejero de Repsol. A partir de hoy, Brufau y Fainé no se volverán a encontrar en consejo de administración alguno, lo harán en otros foros o situaciones, pero no en consejos. Es el 'divorcio' definitivo de dos altos directivos que han estado juntos, o casi juntos, unas tres décadas.

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