Este miércoles ha sido Pablo Iglesias el arrepentido. Hace una semana fue Pedro Sánchez. Incluso Mariano Rajoy, poco dado a entonar el mea culpa, ha expresado en los últimos tiempos palabras de arrepentimiento. El 26J está ya casi aquí, y los partidos lo llevan preparando desde hace semanas, meses incluso. Esto se nota, sobre todo, en la cuidada selección que los líderes y sus equipos hacen de las intervenciones públicas. Decir "me equivoqué": la moda entre los candidatos.
Pablo Iglesias ha sido el último en exhibir un deje de contrición al ser preguntado por aquellas duras palabras vertidas contra el tótem socialista Felipe González durante el debate de investidura. "Me equivoqué. Si lo volviera a repetir intentaría tener más control", ha dicho el líder de Podemos, aludiendo a la "cal viva" que espetó desde su escaño contra quien fuera presidente del Gobierno.
También Mariano Rajoy ha sorprendido en los últimos tiempos con palabras apaciguadoras sobre sus rivales
Esta disculpa de Iglesias llega tan solo unos días después de que el líder socialista, Pedro Sánchez, mostrara similar remordimiento por sus palabras contra Rajoy, al que llamó "indecente". Es cierto que este arrepentimiento tuvo lugar cuatro meses después de que dijera el insulto, pero el gesto de disculpa al cabo llegó. "Creo que me equivoqué (...) podía haber utilizado otra expresión", reconoció la semana pasada Sánchez.
También Mariano Rajoy, todavía presidente en funciones, ha sorprendido en los últimos tiempos con un verbo apaciguador. Durante la extensa entrevista en el programa Salvados de La Sexta, el líder del PP pronunció en más de una ocasión la fórmula mágica "me equivoqué". "Nadie es perfecto", reconoció Rajoy al ser preguntado sobre Luis Bárcenas, "me arrepiento de haber mandado esos sms". Y concluyó aquella entrevista en un tono de lo más conciliador: "Me gusta la gente, me llevo bien con la mayoría. No me enfrento, procuro ir en paralelo, así se es más feliz".
Incluso Albert Rivera, usualmente más comedido en su vocabulario, ha dejado en los últimos tiempos palabras que pueden interpretarse como un intento de 'blanqueo' de esa imagen, por lo general desagradable, del político en campaña. El número uno de Ciudadanos fue, quizá, el primero de los cuatro líderes en emprender la senda -¿tregua?- del consenso y las buenas formas. Rivera, allá por finales de febrero, a pocos días de la sesión fallida de investidura de Sánchez, reconoció que "se había equivocado" al decir en plena campaña del 20D que no apoyaría ni a Sánchez ni a Rajoy. Veremos quién es el próximo en pedir perdón. Y por qué.