España

Mas se enroca: no dimite y convocará el lunes elecciones si no hay un acuerdo 'in extremis' con la CUP

El candidato de Junts Pel Sí a la presidencia de Cataluña responsabiliza a la CUP del fracaso en las negociaciones y se mantiene en su decisión de no dar un paso al lado que permita la creación de un Gobierno. 

  • Artur Mas se enroca en la candidatura

Artur Mas, salvo giro radical de la situación, convocará elecciones el próximo lunes, éstas serán las cuatro elecciones autonómicas en Cataluña en más de cinco años. Llegar a esa situación ha sido el final de un proceso de tres meses de negociaciones entre Junts Pel Sí, la coalición que dirigía Mas, y la CUP, un grupo antisistema que consiguió diez parlamentarios –claves para que saliesen las cuentas independentistas- en las elecciones de septiembre. El presidente catalán se lamenta de haber llegado a una situación en la que el bloqueo es infranqueable y apunta a la formación izquierdista como única culpable de este desenlace. Él no se plantea dar un paso al lado.

"Hemos tenido toda la paciencia del mundo, ha habido más paciencia que la de Job en términos bíblicos. No se ha escatimado ni una sola reunión. La actitud ha sido absolutamente positiva y por eso quiero recordar las concesiones de Junt Pel Sí para la investidura. Se hizo la declaración de inicio del proceso, fue polémico pero se hizo. Se propuso una estructura de Gobierno en la que la presidencia fuese más compartida con otros miembros, que se sometiera a una moción de confianza a los diez meses. Se negoció una hoja de ruta para construir el estado de Cataluña sabiendo que no se había superado el 50% de los votos, pero sí la mayoría absoluta de escaños y el inicio de un proceso constituyente. Se propuso un plan de choque ambicioso dentro de las posibilidades económicas de Cataluña, que son las que son", enumeró Mas al hablar de la oferta hecha por su partido a la CUP.

"Quiero reconocer un error mío y de Junts Pel Sí: haber confiado en el sentido de país de la CUP", dijo Mas

Pero, a pesar de todo, no ha sido suficiente. "La CUP no se ha movido en el único tema que no es importante, el quién. Todo el mundo dice que eso no es importante, pero lo han convertido en importante, en el cómo, en el cuándo y en el por qué podríamos haber llegado a un acuerdo, prueba de ello es que el 50% de la CUP y gente como Antonio Baño así lo ven", cuenta Mas que recalca que el acuerdo ha estado cerca, pues en la Asamblea de los antisistema en Sabadell se dio un empate: "Ha habido mucha gente en la CUP que se ha movido y ha entendido que nos encontramos en un momento trascendente y que la propuesta que se hacía era potente, de no ser así no se hubiese movido un 50% de la gente de la CUP".

La decisión final de la CUP, de la mitad de la formación para Mas, es una decisión históricamente errónea según el dirigente de Junts Pel Sí. "Quiero reconocer un error mío y de Junts Pel Sí, que es haber confiado en el sentido de país de la CUP. Con lo que nos estábamos jugando confiamos que la CUP tendría sentido de país y que los tres meses de negociación eran el peaje obligado para interpretar bien las cláusulas y las condiciones", proclama el presidente catalán en funciones que habla de "un error de proporciones gigantes". "No sé si se dan cuenta de la magnitud del error. No van a admitir que convertir Cataluña en un estado supone sumar y no restar, votar y no vetar. Ese es el error de la CUP. Construir lo que estamos construyendo en Cataluña, un estado independiente", dijo Mas.

La híper revolución de la CUP

El dirigente quiso mostrar que la CUP estaba intentando imponerse con solo diez diputados, y lo que eso suponía en todo este proceso. "El otro error que creo que la CUP está cometiendo, y no es menor, es pensar que la revolución que quieren hacer, que es legítima y yo estoy en contra, la pueden hacer con cinco diputados en el Parlament. Su propio sentido de la realidad les debería de apartar de esa decisión", desgranó Mas que en varias ocasiones denominó como "hiperrevolución" lo que quiere la formación izquierdista, con el problema que eso supone para buena parte de la población que no comulga con esas ideas.

"Mi obsesión ha sido poner a trabajar juntas a personas muy diferentes, porque es la única manera de construir la soberanía de Cataluña de ejercerla. Hacerlo obligaba a trabajar juntas a personas muy diferentes. Nada más así podía triunfar el estado catalán. Eso supone incluir a las clases medias y populares, no solo la súper izquierda, y eso es lo que quiere la CUP, imponer sus ideas desde la minoría". Es decir, la independencia pasaba por la unión de los secesionistas, un extremo que, para Mas, no se ha dado en absoluto por culpa de la formación izquierdista.

Mas, para finalizar, se dio tiempo hasta el domingo para que cambie todo. Aunque él mismo lo ve improbable.

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