España

Abrumadores elogios a Montoro: el 'vampiro' se hizo 'killer'

Cristóbal Montoro está abrumado por las felicitaciones que ha recibido por su entrevista en 'El Mundo'. De 'vampiro' a 'killer'. El ministro de Hacienda se dio un gustazo, dijo lo que casi todos piensan y lo que muchos no quieren oír. Aznar, Rato, Margallo, los jóvenes leones de Génova... Hubo para todos. 

  • El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante una intervención en el Congreso de los Diputados

Ningún ministro en activo había osado referirse a José María Aznar como "un señor que ahora se dedica al business y da lecciones desde fuera". Ese ha sido Cristóbal Montoro, que ha querido reivindicarse, como los delanteros condenados al banquillo, en una entrevista en El Mundo antes de echar el cierre a su departamento con las urnas de diciembre. El 'vampiro' de Hacienda se convierte, por espacio de cuatro páginas, en el 'killer' del PP. "Si quieres ayudar, entra en el quirófano. Si no, no molestes, estamos operando", le reta Montoro a Aznar, quizás en sintonía con el muy obvio y redundante vídeo del PP presentado este miércoles en el Congreso, en el que una joven, disfrazada de España, sale de la UCI y comienza andar y a ser dichosa y ñoñamente feliz. Casi una película de Marisol sin el talento de Frank Capra.

Montoro está abrumado con las felicitaciones que recibe en estas horas desde todos los lugares de España. Compañeros y, sin embargo, amigos, militantes, viejos conocidos, colegas de otros partidos, empresarios... le jalean por haber dicho en público lo que tantos mascullan pero no osan comentarlo. El ministro de Hacienda, sostenido por Sáenz de Santamaría y muy bien valorado por Rajoy, no se harta de sacudir sonoros 'zascas' a casi todo lo que se mueve. Por dentro y por fuera. Se ríe de la 'economía con alma', ese hallazgo del márketing de los nuevos jovencitos de Génova, que sustituyó a lo de 'nos falta piel' del célebre Floriano en el ya olvidado vídeo. Por cierto, ¿qué publicista del PSOE le hace los vídeos al PP?

Las verdades de Montoro suenan a despedida, a 'ahí os quedáis'

Un señor de Jaén

En los últimos días, Cristóbal Montoro ha cafeteado y conversado con periodistas, sigilosamente, fuera de micrófono, en charletas interminables que no podían salir a la luz. Hasta que este 'señor de Jaén sin hipotecas' se ha dado el gustazo de mantener lo que él dice 'un encuentro, pero con comillas', a modo de descargo de conciencia y de manual de agravios. Suele comentar Rajoy a los amigos que cuando te das el gustazo de soltar lo que te pide el cuerpo sueles cometer un error. Montoro lo ha hecho. Le reprochan que lo haya hecho ahora, en precampaña, con el presidente fuera de España y en paralelo con el lío del PP vasco. Le importa más bien poco. Tampoco le preocupa si alguien se ha ofendido. O si a alguien ha molestado.

Jorge Moragas y Andrea Levy saben de sobra lo que piensa de ellos. Y cuando habla de que "hay compañeros míos que se avergüenzan de ser del PP", (sobra el 'míos', o quizás no) nadie en Génova ni en Moncloa corre en busca de la linterna o la brújula para encontrarlos. Todos lo tienen muy claro. Los que echan pestes de los recortes, los que no subrayan la lucha del Gobierno contra la corrupción con las iniciativas legales de este último año, 'los que no muerden', como dice el propio protagonista de la semana... Hace ya un par de años, un ministro de Rajoy comentaba en privado: "Aquí hemos venido a inmolarnos, quien se ponga de perfil por si puede seguir otra legislatura, lo tiene claro". Montoro ha sido de esos. "Mi gestión se puede medir. A otros que les midan por sus palabras".  

En el Congreso se explica malamente, en los 'canutazos' televisivos, aún peor. Pero cuando no le agobian con los tiempos o las urgencias, el ministro de Hacienda sabe explicarse. En otras palabras, viene a decir que Rato, que fue su jefe, es un auténtico rata que se pulía la tarjeta black pese a tener una renta de infarto. Solbes y Sebastián, si todo lo vieron y no lo advirtieron, pues haberse ido, por dignidad y decencia, pareja de cobardes. Margallo está atacado por el virus de la arrogancia intelectual. Guindos es un tipo que va a lo suyo. Garicano está en Ciudadanos porque no lo admitió Rajoy en el Gobierno. Y así. Las verdades de Montoro suenan a despedida, a 'ahí os quedáis' y a 'que os vayan dando'. A reivindicación de aquello por lo que él creyó luchar. Estos alivios públicos resultan siempre muy autoindulgentes. Un vistazo hostil al entorno y una complaciente mirada a lo que refleja el espejo. Ya se sabe, un 'killer' nunca comete errores. 

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