Miedo y codicia suelen ser las dos emociones que guían a los mercados, pero mientras para algunos un derrumbe del Ibex del 8% durante el mes de agosto, más una caída adicional del 5% durante la primera semana de septiembre, serían motivos más que suficientes para salir espantado de la bolsa, para los inversores de largo plazo que confían en un valor determinado son circunstancias favorables para comprar más acciones.
Y entre los inversores que suelen mostrar más predisposición a adquirir más títulos de una compañía con un tropiezo bursátil se encuentran sus propios directivos, seguramente los accionistas que mejor conocen los entresijos de la empresa. En ocasiones, la caída en bolsa no obedece a ninguna razón racional, si los números y la estrategia de la firma no han cambiado radicalmente. Un movimiento tan fuerte a la baja como el provocado por la reacción a las dudas sobre la economía china arrasa tanto con empresas buenas como con las más problemáticas.
Aprovechar una caída de la acción para comprar más títulos de la compañía, aparte de mostrar un signo de confianza de sus máximos responsables corporativos, es una oportunidad para comprar barato que no se presenta siempre. El último ejemplo lo han protagonizado la cúpula de Repsol. Antonio Brufau, su presidente, se ha convertido en el primer accionista individual de la multinacional petrolera al desembolsar más de un millón de euros para hacerse con 81.900 acciones a un precio de 12,24 euros por título, mientras que Josu Jon Imaz, consejero delegado de la compañía, pagaba 12,26 euros por cada una de las 40.000 acciones que adquirió.
Aprovechar una caída de la acción para comprar más títulos de la compañía es un signo de confianza de sus máximos responsables corporativos.
La caída de la cotización de la petrolera a su nivel mínimo anual ha servido para apuntalar su participación en la empresa y mostrar su compromiso en un momento en que comienzan a surgir dudas sobre los planes estratégicos de la compañía si el precio del petróleo se mantuviera por debajo de 50 dólares durante mucho tiempo.
No han sido los únicos directivos relevantes que han decidido apostar por el valor, ya que Miguel Martínez, el director general económico financiero de Repsol también ha comprado acciones de la compañía. En concreto, 32.530 títulos a 12,3 euros.
En el caso del Banco Santander, su nuevo director general de Banca Comercial, Rami Aboukhair, compró 50.000 acciones de la entidad financiera a un precio de 5,8 euros por título, días antes de que el Ibex se viera arrastrado por el lunes negro de agosto, el día 24, que hundió más la cotización.
Los responsables de la aseguradora Mapfre también han acudido a la llamada de la bolsa. La baja cotización de la firma, que desde que presentó sus cuentas semestrales y después por el terremoto chino de los parqués mundiales se encuentra en su nivel mínimo en el año, ha sido aprovechada por sus directivos. Francisco Vallejo, vicepresidente segundo de la firma, adquirió 15.000 acciones a 2,6 euros por acción, mientras que Luis Hernando de Larramendi, vicepresidente segundo de Mapfre Vida, se hizo con 20.000 acciones de la compañía a 2,92 euros por cada título. Unos buenos precios teniendo en cuenta que la aseguradora cotizaba a 3,38 euros el 20 de julio.