España

El PSOE atrasa a noviembre la puesta de largo de su programa por el ruido catalán

Había planeado presentar su alternativa de gobierno a mediados de este mes, pero el ruido catalán y la decisión de Mariano Rajoy de ir a elecciones en Navidades ha llevado a Pedro Sánchez a retrasar la puesta de largo de su programa.

 

  • Pedro Sánchez junto al equipo que elabora su programa electoral.

Demasiado ruido han empezado a hacer las elecciones catalanas del próximo día 27 y muy larga va a ser, probablemente, la digestión de su resultado como para mezclarlo con la presentación del programa alternativo de gobierno que coordina desde la sede federal de la calle Ferraz, en su capítulo económico, el exministro Jordi Sevilla. Por esta razón, los planes que manejó Pedro Sánchez antes del verano de celebrar una conferencia política a mediados de septiembre han quedado viejos, tanto que ahora la agenda con la que trabaja su equipo apunta al mes de noviembre como el más indicado para abrir este cónclave y dar a conocer en él la oferta electoral, un documento que se encuentra bastante avanzado y que incluirá, según fuentes socialistas, “potentes sorpresas”.

Empleados públicos, pensionistas y parados pueden mover 20 millones de votos, según el PSOE

Antes de esta conferencia, el PSOE celebrará varios foros centrados en la economía, eje central del programa alternativo de gobierno, el empleo, la sanidad, la educación, la reforma constitucional y las administraciones públicas. El objetivo último es convencer al grueso del electorado de que la juventud de Pedro Sánchez y su inexperiencia política están plenamente compensadas por una oferta electoral consistente y creíble, alejada de las ocurrencias de Podemos y acompañada de una memoria económica que aleje la sensación de vacío, improvisación e incertidumbre.

El programa económico en el que trabaja Sevilla incluirá señuelos para los pensionistas, los empleados públicos y los parados, colectivos que, según los cálculos que maneja el Partido Socialista, pueden llegar a mover en diciembre más de 20 millones de votos, incluidos los de los 11 millones de electores que más han sufrido la crisis y atraviesan por una situación más precaria. En la disputa del voto de los mayores y de los funcionarios, Pedro Sánchez encontrará una dura competencia en Mariano Rajoy y, en el resto, en la formación de Pablo Iglesias.

El PP toma distancia en las encuestas

Los dirigentes socialistas ultiman su calendario y el aderezo de su programa repitiendo de forma machacona que ven a Pedro Sánchez habitando La Moncloa a final de año, pero también con las encuestas cuesta arriba. La media docena de proyecciones demoscópicas que se han hecho durante los meses de julio y agosto revelan que la distancia del PP se sitúa ya en una franja de entre cuatro y cinco puntos, dato esencial para saber de qué margen dispondrá Ciudadanos para no dar su apoyo a la candidatura más votada. En la dirección del PSOE se considera que si la diferencia en la aritmética parlamentaria no supera en diciembre los 10 escaños, cabría la posibilidad de sorpresas y de que Pedro Sánchez llegara a la presidencia del Gobierno con el respaldo de Albert Rivera, la opción preferida por los pesos pesados del partido antes de tener que bregar con el acompañamiento de Podemos y de Izquierda Unida.

Si el PP no saca una ventaja superior a los 10 escaños, los socialistas ven viable el apoyo de Ciudadanos a Pedro Sánchez

El cruce del CIS conocido a primeros de agosto con los sondeos realizados por empresas privadas con posterioridad reflejan que el PP podría obtener entre 127 y 135 escaños, el PSOE entre 95 y 103, Podemos rozaría los 40 y Ciudadanos quedaría entre 30 y 33. En el equipo de Sánchez se da por hecho que la campaña electoral será esta vez determinante en el resultado final y se producirán en ella algunos sobresaltos que pueden servir en bandeja algunas decisiones judiciales. La operación Púnica, el sumario del ‘caso Rato’ y el ajuste de cuentas con su partido que parece haber dosificado el extesorero del PP Luis Bárcenas, no serán platos de buen gusto para Rajoy, quien por fin ha empezado ya a reconocer en público que la corrupción ha sido, con diferencia, lo que más daño le ha hecho a su partido en esta legislatura.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli