Casi igual de reñidas y de polémicas que las autonómicas y municipales. Así se presentan las próximas elecciones para elegir la nueva Junta de Gobierno del Colegio de Economistas de Madrid, que se celebran este miércoles 6 de mayo. A ella concurren, por primera vez en la historia, hasta tres candidaturas distintas, encabezadas por Pascual Fernández -Profesionales e Independientes, considerada "oficialista"-, Juan Ignacio Bartolomé -Economistas por el Progreso- y Jose María Lamo de Espinosa -Economistas Profesionales-. Cada una con sus propuestas para relanzar y dar un nuevo impulso a la institución, que no pasa precisamente por su mejor momento. ¿El motivo? El decano saliente, Juan Iranzo, es uno de los implicados en el escándalo de las tarjetas 'black' de Caja Madrid.
Entre copas, lencería, flores y joyas, Iranzo llegó a gastar más de 46.000 euros con su tarjeta opaca. Y a pesar de abandonar su puesto como consejero de Red Eléctrica, se aferró a su cargo en el Colegio de Economistas y no dimitió. Ahora se marcha, pero no por las 'black'. Lo hace porque no puede optar a la reelección dado que ya ha cumplido dos mandatos consecutivos, el máximo permitido por los estatutos. Quien tampoco se quiso ir fue Estanislao Rodríguez-Ponga, actual tesorero de la entidad y también imputado por haber gastado 255.000 euros con su tarjeta 'black'. Ante las quejas internas, la Junta de Gobierno decidió adelantar las elecciones a mayo, previstas si todo hubiera ido bien para finales de año.
La candidatura de Bartolomé afirma que "ha habido irregularidades" y tildan el proceso de "antidemocrático"
Si la no dimisión ya enfadó a varios colegiados -entre ellos algunos miembros de la propia Junta de Gobierno, que sí renunciaron-, anticipar de forma repentina los comicios tampoco gustó a todos, porque las candidaturas han tenido un estrecho margen para preparar sus programas y equipos, mientras que la lista de Pascual Fernández, segundo de Iranzo, ha contado con más tiempo. Así lo denuncian los otros dos candidatos alternativos, Juan Ignacio Bartolomé y José María Lamo de Espinosa, que achacan las prisas a una clara voluntad de favorecer la considerada por ellos como la candidatura continuista, la de Fernández, actual vicedecano segundo.
Sobre este asunto, en una entrevista a este medio, Fernández se defendía señalando que él conoció la fecha tan sólo dos días antes. Dijo entonces que "la realidad demuestra que sí ha habido tiempo para presentar las candidaturas", ya que concurren hasta tres, algo insólito en el gremio madrileño. "Tengo la percepción de un cierto interés por parte de alguien de intentar trasladar una sombra o duda de unas elecciones turbias", comentaba.
Censura previa y "elecciones antidemocráticas"
"La convocatoria fue muy precipitada, con la Semana Santa por medio. Un disparate", explica a Vozpópuli Lamo de Espinosa, cabeza de lista de Economistas Profesionales, que cuenta entre sus filas con miembros de la Junta de Gobierno que se marcharon tras exigir la dimisión de Iranzo, sin éxito. Lamo de Espinosa también protesta por el día elegido para las elecciones, el 6 de mayo, "justo después de un puente donde resulta imposible organizar bien la campaña".
Los progresistas denuncian que el colegio ha permanecido "dormido" y sin haber tenido una palabra durante la crisis
Pero esta no es la única crítica que lanzan. El sector más progresista, liderado por Bartolomé, afirma que "ha habido irregularidades en el proceso". De hecho, la pasada semana la Junta Electoral decidió prohibir un folleto publicitario de esta candidatura por considerar que "faltaba a la verdad". En esa propaganda censurada, Economistas por el progreso impugnaba el procedimiento electoral, tildándolo de "antidemocrático". "Cuestionan la limpieza y la transparencia de las elecciones", rezaba el panfleto, al que finalmente se le levantó el veto, si bien Bartolomé denuncia que no llegará a tiempo a los electores, en parte también por un factor externo: la huelga de Correos. Debido a esa actitud "obstruccionista" de la Junta Electoral, como ellos la definen, los progresistas no descartan tomar acciones legales para suspender la celebración de los comicios. Por ahora, ya han enviado recursos tanto a la Junta Electoral como al Consejo General de Colegios de Economistas.
Poca participación y un colegio "dormido"
En definitiva, todo estos problemas, según Bartolomé, generan la abstención y propician la indiferencia, lo que beneficia a los continuistas y dificulta las opciones alternativas. El grado de desafección es tal que en las anteriores votaciones tan sólo participó el 13% de los afiliados. "En esta legislatura se ha perdido un tercio de los colegiados", asegura Mauro Lozano, integrante de la lista progresista. "Nuestro objetivo, por encima de la candidatura, es favorecer la participación", explica Lozano, que pone en directa relación la pérdida de reputación del colegio con el desplome de sus socios. Asimismo, lamenta que la entidad ya no sea referencia en el sector de los economistas y haya permanecido "dormida e inactiva" frente a la crisis, sin haber tenido una palabra durante estos años de dificultades económicas.