Francisco García Paramés removió ayer todos los cimientos del mercado de la gestión de activos. El anuncio de su dimisión como director general de inversiones de Bestinver, que comunicó personalmente a los medios de comunicación a través de una nota, pilló por sorpresa a Acciona, a pesar de que el afamado gestor ya había expresado su disconformidad con la estrategia planteada por el nuevo presidente de la firma, Luis Rivera.
En el comunicado, García Paramés únicamente se refería a su intención de emprender un nuevo proyecto profesional, pasando por alto las discrepancias que le han llevado a abandonar una de las gestoras más exitosas del siglo XXI.
El problema es que su salida no ha sido en absoluto amistosa. Prueba de ello es que el nervisiosismo se apoderó de muchos de los más de 50.000 inversores con que cuenta Bestinver. Al fin y al cabo, Paramés ha sido la cara visible de la gestora durante los últimos 15 años (acumulaba 25 años en la entidad, toda su vida profesional) y los clientes, se consideraban más clientes "creyentes" del que se ha considerado el mejor gestor de Europa.
El contrato de Paramés con Bestinver obliga al gestor a mantener su patrimonio personal en la firma durante cinco años desde su salida
En este escenario, toman relevancia las cláusulas que contiene el contrato de Paramés con Bestinver. De acuerdo con dichas cláusulas, en el caso de abandonar la firma de manera unilateral, el gestor está obligado a avisarlo con al menos seis meses de antelación, según aseguran fuentes conocedoras de estas condiciones.
Asimismo, otra de las cláusulas, sin duda la más problemática, impide a Paramés trabajar en un proyecto que haga competencia directa a Bestinver durante dos años. El gestor ya ha anticipado que se marcha, precisamente, para emprender un nuevo reto profesional. No lo ha dicho, pero obviamente estará centrado en el estilo que le ha dado el éxito, el value investing, en el que Bestinver seguirá centrado. No en vano, la compañía ya ha fichado a un sustituto que apuesta por este perfil de inversión, Beltrán de la Lastra, procedente de JP Morgan.
Finalmente, hay una tercera cláusula que obliga a Paramés a mantener el 75% de su patrimonio personal que tenga en Bestinver durante al menos cinco años.
Todos estas obligaciones, no obstante, contemplan una serie de compensaciones dinerarias en caso de incumplimiento, que las fuentes consultadas no aciertan a precisar, aunque, en todo caso, son cantidades suficientemente "relevantes". Ahora bien, a buen seguro que si Paramés ha dado este paso habrá considerado todas las opciones posibles.
Pagar a Bestinver es la vía más probable a la que se agarraría Paramés para romper definitivamente con la firma de la familia Entrecanales y poder enfrentar su nuevo proyecto sin los riesgos que tendría para la prosperidad de su negocio la apertura de un proceso judicial. "Si existe la incertidumbre de que el proyecto pueda salir adelante, los inversores se lo pensarán dos veces a la hora de invertir", explican fuentes del sector.
Según otras fuentes, Bestinver estudiará emprender acciones legales en el caso de que su ya exempleado se embarque, tal y como ha anunciado, en un nuevo negocio que le haga competencia. Es la reacción al temor de que Paramés 'descapitalice' la compañía por el efecto atracción que el mercado da por seguro tendrá su aventura empresarial.
Habrá que esperar, de cualquier modo, a conocer las intenciones finales de Paramés, a quien de momento no acompañan los que durante tantos años han estado a su lado en el éxito de Bestinver, Álvaro Guzmán y Fernando Bernad.
