Tecnología

Ahora más que nunca, la burocracia es un juego

Arstotzka 23 de Noviembre del 1982, punto fronterizo Grestin. Tu país ha salido hace poco de un enfrentamiento militar con Kolechia, el país vecino. Tienes mujer, hijo, suegra y tío a tu cargo y eres el único con trabajo en la familia. En este juego, tu misión es realizar correctamente tu trabajo para ganarte el sueldo. ¿Lo malo? Que consiste en dejar entrar a la gente a tu país o no.

Todos, alguna que otra vez nos hemos visto en la situación de presentar papeles bien en una frontera, bien en alguna oficina del estado y hemos pensado¡Pero si están todos los papeles bien! ¿Por qué tardarán tanto?” Ah, la burocracia, la maldita burocracia. Creemos que es un insoportable tedio pero puede que no sea tan aburrida, porque ésta es precisamente la premisa con la que Lucas Pope y su juego Papers, please, nos remueven la conciencia y al transformarnos lentamente en monstruos burocráticos al servicio de un gobierno de dudosa moralidad.

En el juego, nuestras herramientas principales son dos sellos diferentes (uno para permitir el acceso, otro para denegarlo) y un manual de instrucciones con el que identificar si los datos que aparecen en los papeles oficiales (sellos, ciudades, países, etcétera) son correctos. En algunos casos también se activarán más opciones, como por ejemplo documentos que aportan los personajes en los que los nombres o la foto no coinciden. En este caso, por ejemplo, tendremos la posibilidad de cotejar huellas dactilares para saber si es correcta la diferencia o si se trata de alguien que intenta colarse en el país.

Las situaciones que viviremos al jugar resultan tristemente frecuentes. Casos, por ejemplo, como éste: al dar acceso a un hombre que tiene todos los papeles en regla, éste nos indica que su esposa es la siguiente en la cola. Cuando ella llega a nuestro mostrador nos entrega los papeles, pero no vale solo con el pasaporte: falta un permiso de residencia y es aquí donde radica la decisión. ¿Le dejamos pasar con su marido, con la consiguiente penalización a nuestro salario, o por el contrario la devolvemos a la cola sabiendo que el marido ya ha pasado?

Otra de las situaciones que nos podemos encontrar: una chica joven se sitúa en nuestro mostrador con todos los papeles en regla. Una vez que le permitimos el paso, disimuladamente y sin decir nada nos pasa una nota manuscrita indicando que en la cola hay otra persona que la mantiene retenida por la fuerza. Al cabo de unos minutos esta otra persona se presenta con todos sus papeles en regla en nuestro puesto: ¿le dejamos pasar o hacemos referencia a la nota y ordenamos a los guardias fronterizos que le detengan?

Tras un rato de juego, nos vemos a nosotros mismos como unos déspotas exigiendo papeles a la gente o haciendo que se desnuden delante de una cámara para comprobar que no intentan pasar contrabando o que no portan armas de fuego. En definitiva, si la intención de Lucas Pope era hacernos pensar desde luego que con este Papers, please, lo ha conseguido. El juego está disponible para Windows y Mac, además de en la plataforma Steam, pero si queremos probarlo existe una versión beta gratuita con muchas menos opciones en la página oficial de Lucas Pope.

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