La segunda amnistía fiscal, la que Hacienda concedió a las empresas que trajeran a España los dividendos que alojan en paraísos fiscales, también se saldará con un fracaso. Apenas volverán a las arcas públicas 85 millones de euros frente a los 750 que tenía previsto recaudar el Ejecutivo, según revelan fuentes de Hacienda que manejan ya esa primera estimación con los datos cerrados a día de hoy.
El Ejecutivo ofreció a las empresas gravar con un tipo especial de apenas el 8% a cambio de que repatriaran los dividendos obtenidos en países el extranjero. La medida estaba pensada para repatriar fondos refugiados en países de baja tributación, es decir, en paraísos fiscales. La oferta expiraba el 31 de diciembre pero la mayoría de empresas cierra su ejercicio fiscal antes de esa fecha por lo que la estimación actual indica ya la escasa disposición de las empresas a repatriar esos fondos, afirman fuentes de la Agencia Tributaria.
El fracaso en esa repatriación significa que se abre un nuevo agujero bajo los pies de Hacienda. En esta ocasión, ese agujero rondaría los 600 millones de euros. Al igual que en el caso de la amnistía fiscal, sin esos fondos, el Gobierno se verá forzado a desviarse del objetivo de déficit más de lo previsto o a aprobar nuevos recortes y nuevas subidas de impuestos para captar esos fondos que no se han conseguido.
Segundo fracaso, segunda amnistía
El fracaso de la amnistía a las empresas se suma al que ya se vivió con los defraudadores particulares. Hacienda preveía aflorar 25.000 millones de euros de dinero negro e ingresar 2.500. La amnistía atrajo a 31.000 defraudadores que afloraron sólo 1.200 millones de euros recaudados, menos de la mitad de lo que el Ejecutivo esperaba captar.
El fracaso de las dos amnistías deja un agujero de 1.500 millones en las cuentas públicas
El fracaso de las dos amnistías deja un agujero de, al menos, 1.500 millones en las cuentas públicas. El Gobierno presupuestó que tendría un déficit del 6,3% contando con una recaudación de 2.500 millones gracias a la amnistía fiscal y de otros 750 millones por la repatriación de dividendos. El Ejecutivo admite ya que se desviará del objetivo pactado con Bruselas pero asegura que será "sólo 5 ó 6 décimas" y que la cifra final de déficit "quedará por debajo del 7%". Sin embargo, las décimas que suman este fracaso fiscal ponen todavía más presión sobre un déficit que podría sobrepasar holgadamente el 7%.