El concurso de acreedores de las sociedades instrumentales Alteco y Mag Import, controladas por Joaquín Rivero y Bautista Soler es, al mismo tiempo, uno de los mayores de la historia empresarial española (con un pasivo superior a los 1.600 millones de euros) y uno de los más atípicos al no existir impagos de principal e intereses.
De ahí que los motivos no hayan sido tanto económicos como jurídicos o como parte de una argucia especialmente contra Rivero. El primer ejecutivo de Natixis, la entidad financiera que ha forzado la situación hasta obligar a la presentación del concurso, creció empresarialmente bajo las alas del ex presidente de Gecina Antoine Galignani, que denunció en su día a Rivero en Francia por una operación realizada por la inmobiliaria gala cuando el empresario jerezano la presidía.
A finales del pasado año, Alteco y Mag Import comenzaron a negociar la refinanciación del préstamo sindicado de 2.160 millones con el que financiaron en 2006 la OPA lanzada sobre Metrovacesa, en plena guerra con la familia Sanahuja por el control de la cotizada. Tras la escisión de la inmobiliaria, Rivero y Soler canjearon su participación en Metrovacesa por acciones de la francesa Gecina, que pusieron de garantía para el préstamo.
Tras diversas prórrogas, Rivero y Soler logran el acuerdo con la banca acreedora a finales del pasado mes de abril. El total a refinanciar asciende a poco más de 1.600 millones porque las sociedades han logrado amortizar 533 millones de principal, más 488 millones de intereses.
Natixis boicotea la reunión definitiva
El acuerdo incluye tres cláusulas suspensivas: la presentación de un plan de viabilidad, la emisión de un informe de un experto independiente y el desbloqueo del dividendo de Gecina que le corresponde a Alteco (Rivero), una decisión que está en manos del juez que lleva la denuncia que un grupo de minoritarios y Antoine Galignani interpusieron contra Rivero por operaciones realizadas por Gecina bajo su presidencia (en concreto, la compra del 49% de Bami, sociedad participada por el propio empresario jerezano).
El plan de viabilidad y el informe del experto independiente, para cuya elaboración se designó a BDO, llegaron en tiempo y forma pero no así el desbloqueo del dividendo.
Así, mientras el resto de entidades financieras, entre las que se encuentran tanto españolas (Popular, NCG, CCM) como extranjeras (RBS, Caixa Geral, Eurohypo) aceptaron conceder una prórroga para aguardar la decisión de los tribunales, Natixis (cuya participación en el sindicado es de un 16% aproximadamente) se negó en redondo.
La reunión definitiva tuvo lugar el pasado 30 de mayo. Los acreedores de Alteco y Mag Import estaban convocados a una reunión para tomar una decisión al respecto de la prórroga pero los representantes de Natixis nunca llegaron. Se les aguardó hasta medianoche, de acuerdo con fuentes conocedoras de las negociaciones, pero en vano, lo que hacía que el préstamo se declarara vencido.
Presión del resto de bancos
Dos días después, Alteco y Mag Import presentaron un preconcurso de acreedores para ganar algo de tiempo y tratar de convencer a la entidad francesa pero fue imposible, pese a la presión ejercida por el resto de entidades financieras acreedoras hacia el banco galo. Su consejero delegado Laurent Mignon está apadrinado empresarialmente por Galignani. De su mano ha llegado a las entidades en las que ha estado presente, en especial la aseguradora AGF (donde ocupó en 2005 la presidencia que Galignani había dejado en 2001) en la sociedad de valores Oddo e incluso en la propia Gecina, de la que Mignon fue consejero cuando su mentor era presidente.
Además, el hecho de que Galignani se uniera a la denuncia presentada contra Rivero en Francia tampoco es casual. Es más, fue el primer paso de una venganza que se ha consumado con el concurso de Alteco y Mag Import y que tuvo su origen en el hecho de que a Galignani no se le renovara su mandato como consejero de Gecina cuando Rivero ostentaba la presidencia.
Para completar el escenario, el caso de la denuncia contra Rivero en Francia está siendo instruido por el magistrado Renaud van Ruymbeke, un conocido juez estrella galo, protagonista de asuntos como las denuncias contra la petrolera estadounidense Halliburton o el caso Clearstream, relacionado con el pago de comisiones en la empresa EADS. Un magistrado con fama (corroborada por los hechos) de llevar a cabo instrucciones eternas.
¿Quieres participar en la conversación?