El 19 de septiembre, miércoles de la semana que viene, la Junta Directiva de CEOE, el órgano de Gobierno de la patronal, se reúne impregnada de un ambiente manifiestamente mejorable. A la crisis-país, que afecta a la financiación de muchas empresas, se le añade la crisis que atraviesan numerosas confederaciones territoriales y sectoriales, acuciadas por la supresión progresiva de subvenciones y ayudas, como también les ocurre a los sindicatos. Y en muchos de los despachos de la calle de Diego de León 50, donde se halla la sede, cunde el desánimo con Juan Rosell, percibido como demasiado moderado ante un Gobierno que bate récords de desprestigio.
Rosell siempre ha respaldado las reformas de Rajoy, animándolo a no desfallecer. El presidente de CEOE es, por ejemplo, un gran defensor de la reforma laboral, pero también de otras como la(s) financiera(s), así como las medidas adoptadas para contener el déficit y la deuda. No va a su aire, como sí hace su ‘número dos’ Arturo Fernández, y mantiene una relación cordial con los líderes sindicales Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez pese a que su argumentario para salir de la crisis está en las antípodas del que plantean las centrales. Sin embargo, para muchos sectores de la patronal Rosell debería ir más allá, sugiriendo al Gobierno las vías por las que acoplar la tijera: prestaciones por desempleo, pensiones, educación, sanidad, administraciones públicas… Y ese parece que será el sentir mayoritario de la Junta.
El órgano colegiado trasladará al catalán que ya no hay tiempo para ir tan despacio. Así reflexiona un alto dirigente de la patronal. “Hoy prevalece el descontento, la decepción con el Gobierno. Nos eliminan las deducciones y bonificaciones para emprendedores y nos suben el IVA y el IRPF. En cambio, el grifo de la financiación no se acaba de abrir porque España no termina de hacer sus deberes. Sabemos que más del 80% de la deuda pública, por ejemplo, corresponde a las partidas por desempleo, a las pensiones, a la educación, a la sanidad o a los gastos de personal de las Administraciones Públicas. Tenemos que exigir recortes por ahí”.
Pérdida continua de vocalías
Ese mensaje será la partitura principal del cónclave empresarial, que coincide con las Juntas Directivas de la patronal madrileña CEIM y la de pequeños y medianos empresarios Cepyme.
Otro de los asuntos polémicos a tratar será la merma continua de vocalías de la Asamblea General, que se reúne cada cuatro años para elegir Presidente (la última fue en 2010). La asamblea viene a representar la cohesión sectorial y territorial de la confederación y cuenta con unas 700 vocalías (CEOE no hace público el número). Cada una de ellas tiene un coste superior a los 9.000 euros, pero hay muchas patronales que están bajo mínimos y se ven incapaces de abonar esos precios.
Ya en la Junta que tuvo lugar en mayo, patronales territoriales como la andaluza Cea y sectoriales como el automovilístico Anfac o el constructor CNC solicitaron una reducción, pero la petición fue rechazada. Ahora, según ha sabido este medio, las organizaciones insistirán en perder vocalías para ahorrar. Cepyme es la organización que cuenta con más vocalías: 83.