Opinión

Derrotas y fracasos de MJ Montero

No hay función del Ministerio de Hacienda que pueda merecer siquiera un aprobado. Lo sucedido con los Presupuestos es más que paradigmático

  • La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. -

Malos augurios se presagiaban para la Hacienda Pública española cuando en 2018 Sánchez designó a MJ Montero como titular del Ministerio. Su nulo conocimiento de las materias cuya gestión le iban a corresponder, su nefasto desempeño al frente de la equivalente Consejería de la Junta de Andalucía y su peculiar estilo político y personal -tan proclive a la confrontación como esquivo al entendimiento- anticipaban un futuro poco halagüeño para el Ministerio de la calle Alcalá.

Pasados más de seis años, la realidad ha superado para peor los más pesimistas presagios. El Ministerio de Hacienda es actualmente lo más parecido a un pollo sin cabeza que camina de derrota en derrota y de fracaso en fracaso. De poco o nada sirve que MJ Montero cuente entre sus colaboradores con funcionarios cuya solvencia técnica, capacidad profesional y experiencia administrativa son indiscutibles como es el caso del secretario de Estado -Jesús Gascón- o el de la directora general de la Agencia Tributaria -Soledad Fernández-. Si el tractor va dando tumbos en su camino, el mejor remolque no puede andar recto.

Y no se trata solo de las varias y sonoras derrotas judiciales sufridas en los litigios derivados de la aplicación de los impuestos, siendo obligado recordar aquí las tres veces consecutivas en las que diversos tribunales dieron la razón a Xabi Alonso y se la quitaron a la Agencia Tributaria. Pero no es el único futbolista que ha doblado el mentón al Fisco. Recordemos los casos de Andrés Iniesta, Iván Helguera, Sergio Ramos, Gerard Piqué, Luka Modric y tantos otros. Tampoco andan mancos los pilotos de motos pues Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Sete Gibernau o Dani Pedrosa también han derrotado en los tribunales al organismo dependiente de MJ Montero.

Si se confirma que MJ Montero tampoco puede aprobar Presupuestos para el año que viene, la reiteración de su fracaso evidenciaría su incapacidad para lograr lo que es la función primordial de un ministro de Hacienda

Lo cierto es que no hay función del Ministerio de Hacienda que pueda merecer siquiera un aprobado. Lo sucedido con los Presupuestos es más que paradigmático. Después de pasarse la legislatura pasada aprobándolos con el apoyo de la variopinta mayoría parlamentaria entonces existente y con las correspondientes cesiones a cada uno de los grupos políticos que la integraban, en la actual MJ Montero ha sido incapaz de cumplir con la obligada remisión al Parlamento del proyecto para el ejercicio 2024. Y todo apunta que este año tampoco logrará la aprobación de los Presupuestos para 2025. De hecho, hace unos días ha sufrido una nueva derrota en el Congreso de los Diputados que rechazó la senda de déficit que ella había preparado. Si se confirma que MJ Montero tampoco puede aprobar Presupuestos para el año que viene, la reiteración de su fracaso evidenciaría su incapacidad para lograr lo que es la función primordial de un ministro de Hacienda.

En lo que hace al sistema de financiación autonómica, bueno es recordar que llevamos varios años de retraso en la renovación del actual sin que en su ya larga etapa de mandato MJ Montero haya tenido a bien iniciar las tareas para renovarlo. Es más, en las últimas semanas se ha evidenciado que, en esta cuestión, la titula de Hacienda no es más que una marioneta movida por los independentistas de ERC y que está dispuesta a aceptar lo que se le imponga con tal de lograr que Salvador Illa pueda reeditar un Gobierno nacionalsocialista en Cataluña. Veremos cómo lo que se pacte para Cataluña dificulta el diseño y la aceptación de la reforma general del sistema.

El batacazo con los funcionarios interinos

No debe olvidarse tampoco que en materia autonómica, esta ministra cometió un ataque frontal al Estado de las Autonomías con la creación del llamado Impuesto a las Grandes Fortunas invadiendo un hecho imponible -la tenencia de patrimonio- atribuido a las Comunidades. Fue una recentralización impuesta sin consenso rompiendo así una básica tradición en nuestra democracia. Y todo ello, por imposición de ERC, el mismo grupo político que ahora le va a imponer la llamada financiación singular para Cataluña.

También en materia administrativa se ha llevado algún chasco importante MJ Montero. El más reciente lo constituye la sentencia del Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo que dando la razón al recurrente, la Asociación de Inspectores de Hacienda, anula su pretensión de nombramiento como funcionarios interinos a aquellos opositores que no hayan aprobado las pruebas selectivas para acceder como funcionarios de carrera a la Función Pública. En la sentencia se realza el desprecio que la pretensión de MJ Montero suponía para los principios constitucionales de mérito y capacidad que deben regir en el ingreso a la Administración Pública.

Aumentar la recaudación merced a aumentar todos y cada una de las figuras impositivas tampoco puede considerarse un éxito de MJ Montero

Junto a este cúmulo de derrotas y fracasos, MJ Montero blande como éxito los aumentos anuales de la recaudación tributaria que está cosechando la Agencia Tributaria desde la crisis pandémica. Cierto que lo recaudado aumenta, pero sus causas no precisamente éxito de la ministra de Hacienda. Primero, siempre que crece el PIB, crecen de forma natural los ingresos tributarios pues suben las bases tributarias globales de todos los impuestos. Segundo, aumentar la recaudación merced a aumentar todos y cada una de las figuras impositivas tampoco puede considerarse un éxito de MJ Montero. Y tercero, negarse a deflactar el IRPF para aprovecharse criminalmente de la elevada inflación acumulada sufrida por los españoles en los últimos cuatro años -más de un 20%- aumentando así la exigencia del impuesto es todo menos un éxito. En realidad, es un atropello.

De modo que éxito, ninguno. Derrotas, varias. Fracasos, también y alguno sonoro. Éste es el balance poco decoroso de la gestión de MJ Montero al frente del Ministerio de Hacienda. ¿Qué podía esperarse cuando se designó a alguien así para dirigir las finanzas públicas?

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