Cataluña

Junts busca mantener el rédito electoral con el nuevo ejercicio de 'escapismo' de Puigdemont

Junts se salió con la suya de esta forma evitando dar una imagen de partido relegado a la oposición al constituirse la nueva cámara sino defendiendo su bandera de señalamiento a los jueces y al Estado de Derecho

En un visto y no visto. "He venido para recordarles que seguimos aquí", eso es lo que expresó Carles Puigdemont este jueves ante cientos de independentistas para luego volverse a escapar de los mossos. Tras montar un dispositivo de búsqueda para lograr detenerle, su abogado afirma que "ha vuelto a casa" al terminar su labor política mientras siguen los señalamientos por las responsabilidades de los implicados en el truco final del 'escapista' Puigdemont.

En pleno discurso de investidura de Salvador Illa, Junts jugó su carta para reventar lo que iba a representar un cambio de ciclo en Cataluña con el pacto entre ERC y el PSC, que abre una nueva legislatura. Puigdemont había prometido estar presente en la investidura y había dicho que costara lo que costara iba a cruzar la frontera para entrar en Cataluña, aun y con el riesgo de que le detuvieran por la orden activa del juez Llarena. Y así lo hizo, pero jugando al despiste para no ser interceptado y no 'regalar' la foto de su detención. El objetivo era mantener vivo el rédito electoral de su partido con él como principal activo.

Lo que demostró es que sigue contando para su fin político con un gran apoyo por parte del cuerpo de la policía catalana, algo que no es nuevo puesto que lleva teniendo agentes que siguen estando de su lado y que le han escoltado en sus años en Waterloo. Dos de ellos fueron detenidos ayer.

Junts se salió con la suya de esta forma evitando dar una imagen de partido relegado a la oposición al constituirse la nueva cámara sino defendiendo su bandera de señalamiento a los jueces y al Estado de Derecho para no rendir cuentas con la Justicia por el 'procés', una vez más. En medio del nuevo tablero político que arranca de la mano de socialistas y republicanos, en la fuga de Puigdemont estuvo implicado todo el partido. Al bajar del escenario en el Arc del Triomf, el secretario general de Junts entró con Puigdemont en el coche blanco que le esperaba para su huida, mientras su núcleo duro bajaba hacia el Parlament rodeado de cientos de simpatizantes congregados.

La jugada le salió bien, y forma parte de una estrategia milimetrada para no perder el pulso contra el juez Pablo Llarena, que había interrumpido sus vacaciones para tomar declaración de Puigdemont después de 7 años esquivando la cárcel. En Junts llevan meses previendo múltiples escenarios en el día de ayer, también la detención y el ingreso en prisión provisional. Puigdemont mismo asumía la detención.

Sin embargo, los posconvergentes buscaban un golpe de efecto para evitar que la noticia fuera que había sido llevado a Madrid y encarcelado sin la aplicación de la ley de amnistía para su 'president', necesitan seguir manteniendo con vida a su líder para aunar a su electorado y ganar tiempo. En un momento además en el que el propósito del expresidente de la Generalitat de retejer la unidad independentista con la CUP y ERC había quedado en saco roto con el nuevo con la culminación del gobierno de Salvador Illa.

Evitar la detención supone mantener con vida el partido y tomar oxígeno cumpliendo la hoja de ruta de Junts, que sigue apretando a Sánchez en el Congreso y este jueves escenificó la hoja de ruta por la que siguen apostando al volverse a burlar de la Justicia española, la Fiscalía, el gobierno de Pedro Sánchez y la misma Generalitat con ERC aun en funciones.

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