Paz Vega ha sido la gran sorpresa en los estrenos cinematográficos españoles del último trimestre de este año. La actriz, que debutó en la actuación a finales de los 90 y que ha trabajado a las órdenes de cineastas como Julio Medem, Mateo Gil, Emilio Martínez-Lázaro o Almodóvar, acaba de llegar a los cines con su primera película como directora, un debut que también escribe y que además protagoniza. Si en 2001 protagonizó una de las primeras películas sobre malos tratos del cine español -Solo mía, de Javier Balaguer-, para su ópera prima también ha elegido la violencia de género y el resultado es un drama familiar narrado desde la perspectiva de dos niños que ha gustado mucho entre la crítica y quienes ya la han visto, especialmente en el marco de la Seminci, festival en el que también se acaba de presentar. En Vozpópuli hemos entrevistado a la actriz sobre la aventura de adentrarse en un terreno en el que uno se puede sentir intruso y en el que un nombre conocido puede ser un obstáculo y no tanto una ayuda.
Pregunta: ¿Qué te lleva a aventurarte a dirigir una película y por qué has elegido esta historia, que narra la perspectiva de la violencia machista desde la mirada de dos niños?
Respuesta: La dirección siempre me ha rondado la cabeza desde que empecé en esta profesión, pero nunca pensé que pudiera convertirse en realidad. Empecé a trabajar como actriz y no he parado. Fue un momento en el que me di cuenta a lo largo de todos estos años delante de la cámara he aprendido un oficio porque me he preocupado de aprender, he sido muy curiosa. Me encanta estar en el set, preguntar y cuestionar las decisiones del director, mirar por la cámara y qué ha decidido el director ver y qué no. Pero una cosa es dirigir y otra es qué quiero contar, y siempre me había rondado la cabeza la violencia de género desde que hice Solo mía, hace muchos años. La realidad supera la ficción, y lo que aparece en las noticias, que son puras estadísticas, no da fe de la realidad que viven estas mujeres. Quise hablar de ello y de esas otras víctimas que también son un número en las noticias. Haber tenido una infancia marcada por la violencia de género y el verdadero drama empieza donde acaba mi película.
P: ¿Por qué te interesaba esa perspectiva del niño, desde donde uno siempre ve lo que ocurre?
R: Había que hacer la película así. No quería entrar en el morbo de la pareja porque ha se ha visto en muchos sitios antes. Lo que no se había visto es cómo lo que ocurre en el mundo de los adultos afecta a los niños, entonces decidí ir a saco el 90% de la película. A veces me lo salto para empatizar con el personaje de Mari y entenderlo un poquito, pero la película se centra en ellos y quiero que el espectador viva con ellos la angustia que viven.
P: Al margen de la violencia machista, pones el foco en esos niños que crecieron en los 80 y que tuvieron una infancia tan distinta a cómo se vive en el presente.
R: Quería retratar esa infancia maravillosa que tuvimos los que tenemos cierta edad, en la que los niños éramos niños, jugábamos en al calle, cuando se te rompían las rodillas, siempre tenías una costra o un brazo roto, cuando cualquier pequeña cosa era un gran acontecimiento. Niños que con cuatro cosas se distraían, no necesitábamos más. Ninguna infancia es de color de rosa, todas tienen sus luces y sus sombras, pero cuando teníamos luces éramos libres, era precioso y éramos felices. Quería homenajear esa infancia que nunca volverá.
P: ¿Cuáles son esas diferencias que te asustan, entre cómo se vivía la infancia entonces y cómo se vive ahora?
R: Como todo es tan diferente, y a mí me ha tocado ser madre en esta época tan digital, lo que siento es que justo a mis hijos y a la generación de quienes han nacido en los 2.000 están viviendo un experimento y no sabemos qué repercusión va a tener en estos niños que solo han vivido en este mundo digital, qué pasará cuando sean mayores, qué va a pasar con el mundo. Esa incertidumbre me genera preocupación.
P: Uno puede imaginar que por tener un nombre en la industria puede ser fácil pasar de la actuación a la dirección y el guion. ¿Ha sido fácil o te has sentido como una intrusa?
R: He leído una crítica en la que alguien decía que tenía reticencias acerca de lo que había hecho en esta película. ¿Por qué la gente tiene a priori algo preconcebido de mí? Haber tardado siete u ocho años en levantar este proyecto ha sido porque había muchas ideas preconcebidas y muchas dudas. A lo mejor si hubiese sido desconocida me hubiesen dado la oportunidad. Me preguntaba por qué, con una idea y una historia potente, aquello no salía. Quizás mi nombre ha ido a la contra al principio, lo veo en gente que lo dice alegremente y que luego reconoce que le ha gustado. Mi nombre, en vez de ayudar, ha sido un lastre, al principio, sobre todo.
P: Actuar en un primer proyecto como directora no tiene que ser algo sencillo. ¿Por qué tomaste esta decisión?
R: No tomé yo la decisión sino los productores. Yo había pensado en otra actriz, pero me dijeron que estar también delante de la cámara ayudaba a la financiación y a las ventas internacionales. La Paz Vega actriz tenía que estar en el proyecto. Tengo tan claro lo que quiero, a nivel de lo gestual, de las respiraciones, los silencios o las miradas, y de la angustia que quería mostrar, que lo hice. Sentía que no me iba a costar, pero al estar en los dos lados no se disfruta tanto.
P: ¿Repetirás la experiencia?
R: Dirigir y actuar ni me lo planteo, pero dirigir sí y ya tengo mi guion escrito. Ya hablaremos más adelante, pero lo acabo de terminar y lo estoy dejando en reposo hasta que termine la promoción de Rita, para empezar a moverlo.
P: Dirigir a niños también puede ser otra variable que complica el rodaje aún más. ¿Ha sido difícil?
R: No es sencillo, pero nunca me planteé esta historia en términos de si era fácil o difícil. En todos los planos están los niños y había que hacer un casting bueno, con niños que te dieran lo que quieres. Los niños son niños, aunque he de reconocer que Sofía tiene algo técnico natural que le sale. Me atrevería decir que ella sí es actriz de verdad y que va a sonar en el futuro.
P: Tiene esa mirada de Ana Torrent cuando era niña.
R: Justo la tenía a ella en el dossier cuando hace ocho años pensaba en una niña. La he encontrado porque tiene esa aura y esa alma.