Lo han vuelto a hacer. Se han vuelto a gastar el dinero de todos en un anuncio ridículo y bochornoso. Y todo porque las frustradas que se han apoderado del Ministerio de Igualdad, y lo digo sin tapujos, no saben follar.
No hay que buscarle más explicación. Una señorita, que tiene cara de que le hacen descuento en vibradores, me puede insistir todo lo que quiera en que la penetración es el mal y que la mujer disfruta muchísimo más dándose placer a sí misma que teniendo sexo, sobre todo si hay un pene de por medio, que yo pienso en la pasada noche del sábado y le tengo que decir: nena, tú lo que necesitas es un buen polvo y dejarte de tonterías.
Pero es que luego entra en escena la histriónica, soltando más chorradas. Que si tenemos que hablar de cómo obtiene placer una mujer, que si tenemos que hablar de tener relaciones sexuales con la regla… Irene, cariño mío, si yo imagino que tiene que ser muy triste ser la cornuda de España, que te los hayan puesto por delante y por detrás, tris-tras, públicamente, siendo el hazmerreír del país. Si yo me puedo hacer una idea de lo poco placentero que tiene que ser acostarse con un tío que solo piensa en sí mismo, al que las mujeres le importan menos que su propia eyaculación y que lo demuestra sin reparos, sustituyendo sin rubor a esta por aquella y yendo de cama en cama y saltando de braga en braga. Cuando te lucías más ancha que un pavo junto a Pablito y mirabas de reojo y por encima del hombro a su ex, condenada a sentarse en la fila de atrás y detrás de una columna, sé que creías lo que creen muchas de esas mujeres que se meten en la cama de un hombre con pareja: que ellas son especiales, no como su mujer, y que a ellas no las va a engañar porque las quiere de verdad. ¿Ya te has dado cuenta de que no eres especial? ¿Ya te has enterado de que ese hombre solo quiere a su ombligo y a su pene? Pues supéralo.
Y si Pablito no quería ni tocarte cuando tenías la regla, se lo lloras a una amiga, que tus traumas nos salen carísimos a los españoles
Yo con la única persona que tengo que hablar sobre si me apetece o no tener sexo cuando tengo el periodo, cuando estoy ovulando o cuando estoy comiendo tomates verdes fritos, es con mi pareja. Y si Pablito no quería ni tocarte cuando tenías la regla, se lo lloras a una amiga, que tus traumas nos salen carísimos a los españoles.
Esta campaña del sexo que están haciendo se aleja mucho de lo que se podría considerar educación sexual y se acerca más a retratar a una panda de mujercitas insatisfechas, que creen que, por exigir placer, el mundo está obligado a dárselo. Me encantaría saber qué cabecita creyó que era una idea brillante convertir el placer sexual en un derecho. Las veo ya en el próximo 8M con el puño en alto gritando: “¡Tengo derecho a mi orgasmo! ¡Ninguna mujer sin llegar al climax!”.
¿Pero vosotras estáis tontas o es que os han echado droga en el Cola-Cao? Si hay alguien en este país que te impide disfrutar del sexo, tienes que saber que eres tú misma y la persona con la que decides acostarte. Basta ya, por favor, de martirizarnos a todos los ciudadanos con vuestras chaladuras y traumas varios.
La una filósofa y la otra psicóloga, proclamando ambas que los penes son fachas, pero a ninguna de las dos se le ocurre acudir a un sexólogo. Y el problema es por esta sociedad patriarcal en la que vivimos… Claro, claro, el problema no va a ser que no sabéis lo que es un buen polvo. Que estáis pidiendo un Rabocop a gritos.
No puedes decir que sea esencialmente patriarcal, a no ser que quieras negar que las mujeres hemos contribuido inmensamente en la construcción de lo que tenemos en la actualidad
No hay nada que me parezca menos feminista que decir que la sociedad occidental es una tiranía patriarcal, en ese empeño de hacernos creer que hay algo pernicioso en relación con todo lo masculino. Y me explico: para empezar, comparado con otras sociedades o gobiernos, ¿dónde está la tiranía? No vivimos en un sistema tiránico. En segundo lugar, no puedes decir que sea esencialmente patriarcal, a no ser que quieras negar que las mujeres hemos contribuido inmensamente en la construcción de lo que tenemos en la actualidad. Negar nuestro papel y atribuirlo únicamente a los hombres, sí que me parece machista.
Y no, no me gustan los penes porque el fantasma del patriarcado me ha hecho creer que me gustan los penes. Me gustan porque, como diría una amiga mía, les he cogido el puntito. A ver si se lo pilláis vosotras y así dejáis de gastar dinero público en estudios que afirman que las adolescentes y chicas jóvenes también le ven su gracia a los penes y a las caricias, antes que al zumbido del Satisfayer y a tener un orgasmo en 90 segundos. Que os enfadáis con la realidad y mira lo que pasa.
No solo queréis exigir que se os proporcione placer sexual, sino que, además, el feminismo este de chichinabo está tratando de imponer el concepto de “violación inversa”. No os lo perdáis: algunos orcos, que dicen ser mujeres feministas y que dudo que ningún hombre cabal se les acerque, porque incluso yo me las encuentro por la noche en la calle y salgo corriendo, aseguran que la “violación inversa” es otra forma de acoso machista, que consiste en rechazar tener relaciones con una mujer porque “su cuerpo no cumple con cánones estéticos”. Vamos, porque no te gusta un carajo, hablando en plata.
No sé, después de las próximas elecciones, cuando os mandemos a casa, probad a cultivar calabacines que, si se os da bien
Violación inversa es rechazar a una mujer porque no te gusta. De aquí a que con sus delirios lo conviertan en delito, quedan dos siestas. Hombres, estáis perdidos: os vais a tener que tirar a los ogros que nadie tocaría ni con un palo, porque lo contrario es acoso machista, violación inversa y el placer sexual de la mujer es un derecho. Y parecía tonta la secretaria de Estado del Ministerio de Igualdad, mírala a ella, intentando obligar a alguien, sea como sea, a que se la cepille.
Pues reina, yo es que no lo veo. Ni por esas. Me da a mí, que tal y como estáis planteando las cosas, esos hombres acuden al registro a cambiarse de género, antes que pensar siquiera si tú y tus amigas los orcos os ponéis cachondas o no con la regla.
A ver si va a ser por eso lo de la avalancha de solicitudes de cambio de género de hombre a mujer en la primera semana de vigencia de la ley trans… Aunque decía la pitonisa Montero que eso no iba a pasar. Como no iba a pasar lo de la excarcelación de los violadores y ya van más de 70 excarcelados y 800 beneficiados…
No valéis para hacer leyes, ni como políticas, ni como adivinas y tampoco para echar un polvo… No sé, después de las próximas elecciones, cuando os mandemos a casa, probad a cultivar calabacines que, si se os da bien y tenéis exceso de cosecha, seguro que sabéis qué hacer con los excedentes.