Banca

El Banco de España se alinea con la banca frente a las ayudas de Calviño a los hipotecados

La negociación sigue encallada para definir a los clientes vulnerables. "Las medidas tienen que estar muy focalizadas", insta Hernández de Cos. Los bancos advierten de que se puede frenar el crédito si se exigen más provisiones.

  • El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos y la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

Frente común para frenar las aspiraciones del Gobierno en las ayudas a los hipotecados. El Banco de España irrumpe en la recta final de las negociaciones entre el Ministerio de Asuntos Económicos y los bancos para ayudar a los hipotecados por el rally del euríbor. El supervisor sigue con atención las conversaciones y ha marcado unas líneas rojas al plan de Calviño: limitar el perímetro de los clientes vulnerables para no afectar a la estabilidad financiera del sistema.

“Existe una dificultad intrínseca para definir al colectivo de vulnerabilidad. Si se logra hacer adecuadamente, creo que minimizaremos los riesgos desde el punto de vista de la estabilidad financiera”, advirtió ayer Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, en una conferencia organizada por la Asociación de Mercados Financieros (AMF). Estas declaraciones del gobernador llegan después de que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, urgiera a cerrar esta semana un pacto.

El principal escollo de la negociación está siendo acordar a qué clientes se considerarían como vulnerables. En un primer borrador, las entidades plantearon a Economía ampliar hasta cinco años el plazo de las hipotecas  en los casos en los que las cuotas se encarezcan al menos un 30% tras la revisión del euríbor y siempre que los ingresos del domicilio se limiten a 24.318 euros al año. Estas medidas se incluirían como una ampliación del Código de Buenas Prácticas, que es voluntario para las entidades.

Hay que medir muy bien a qué clientes se va a ayudar para evitar que frene el crédito y lo encarezca", advierten desde uno de los grandes bancos del Ibex.

Pero la presión de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, para ampliar las ayudas a la clase media provocaron que Calviño propusiera un plan con dos vertientes: para los hipotecados vulnerables y para las clases medias en potencial riesgo por la subida incesante del euribor.

 El Banco de España no participa de forma activa en las negociaciones. Aunque mantiene canales abiertos permanentes para estar al tanto del pacto, como corresponde por sus competencias como supervisor financiero. Hernández de Cos instó al Gobierno a hacer una “calibración correcta” de las medidas y replicó la receta del banco central sobre el uso de recursos públicos para mitigar los efectos de la crisis energética.

“Las medidas de política fiscal deberían ser muy focalizadas. Es decir, deberían centrarse en los hogares y las empresas que son más vulnerables al encarecimiento de la energía”, defendió el gobernador, que alertó de que los Gobiernos deben evitar un “estímulo generalizado” de la economía por sus efectos nocivos sobre el crédito.

“La política fiscal deberían evitar proporcionar un estímulo generalizado, ya que esto incrementaría adicionalmente las presiones inflacionistas. A su vez, este incremento de la inflación podría obligaría a endurecer adicionalmente la política monetaria, con las consiguientes consecuencias adversas para los costes de financiación de las Administraciones Públicas y para la economía en su conjunto”, ahondó.

Línea roja de los banqueros

La línea roja de los banqueros es evitar que las ayudas a los hipotecados les provoque más provisiones. La legislación financiera actual en Europa obliga a los bancos a reclasificar bajo vigilancia especial las operaciones que alargan el plazo de amortización de los créditos. Se incluirían en lo que en el argot financiero se conoce como stage 2 o riesgo computable en riesgo 2 y que no es otra cosa que préstamos al corriente de pago pero que dan señales de deterioro. Por lo tanto, las entidades tendrían que dotar nuevas provisiones por las extensiones de las hipotecas, aunque analizarían caso por caso.

De hecho, las entidades advierten al Gobierno de que ser demasiados ambiciosos en las ayudas a los hipotecados puede restringir y encarecer el crédito en un momento crucial para la economía. "Hay que medir muy bien a qué clientes se va a ayudar porque elevar excesivamente las provisiones tendrá un coste en el capital y eso no es bueno cuando amenaza una recesión", avisa un directivo de uno de los grandes bancos del Ibex.

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