España

González lamenta la ausencia de Guerra en el aniversario de los 40 años del PSOE: "Es un personaje singular"

El expresidente del Gobierno reivindica la figura de su 'número 2' y evoca la foto del hotel Palace, cuando Guerra levantó su mano como vencedor

“Trato de buscar y lamento no conseguirlo, quiero tenerlo colgado de mi mano". Así ha homenajeado el expresidente del Gobierno Felipe González a quien fue su 'número 2' en el PSOE durante décadas, Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno, a quien ha descrito como "un personaje singular". Sus palabras se han producido ante la ausencia clamorosa de quien fue su mano derecha, no invitado por Ferraz a este acto central del 40 aniversario de la victoria de 1982 en aquellas generales del 28 de octubre, si bien la dirección federal rectificó después. Ya era tarde.

Felipe ha querido evocar en el arranque del acto junto a Pedro Sánchez en Sevilla la famosa foto del hotel Palace, cuando Guerra levantó su mano como vencedor ante "veinte mil personas", cifra aportada por él mismo, que rodeaban el citado establecimiento hotelero cercano al Congreso de los Diputados.

El expresidente se enteró por boca de la expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de que Guerra no había sido invitado a este acto en Sevilla. Su enfado, según ha podido saber Vozpópuli, fue monumental. Tampoco fue invitada Díaz y luego las direcciones federal y regional rectificaron, como en el caso de Guerra y otros dirigentes históricos como el expresidente de la Junta José Rodríguez de la Borbolla, presente en el plenario al igual que la exbaronesa.

Por una vez González no ha criticado las políticas de Pedro Sánchez, como suele ser habitual, sobre todo en relación con sus aliados de legislatura: nacionalistas, separatistas y proetarras. No era el lugar ni el momento. Lo que sí ha hecho el expresidente es lanzar algunos mensajes sobre "el asunto territorial de las autonomías". Para ilustrar su preocupación ha utilizado un incendio imaginario que "pasa de un sitio a otro sin pedir permiso", en alusión a cómo estos sucesos cruzan las autonomías.

De nuevo ha vuelto a reiterar que no le gusta "nada" lo que ha llamado "centrifugado autonómico", una expresión muy suya al hablar de los "debates autonómicos". Lo ha dicho tras reconocer que "la descentralización política le ha venido muy bien a España, pero no su centrifugado". Una andanada clara contra los nacionalismos excluyentes.

"Centrifugar el poder para enfrentarnos unos a otros no le viene tan bien a España, porque centrifugar es pelar entre nosotros". Asimismo, ha querido aclarar que "sobre cohesión territorial hay conceptos que no pegan". Toda una cascada de mensajes subliminales dirigidos a los socios de Sánchez.

Pero ha habido más, en este caso también entre líneas: “Si a alguien no le gusta una ley tiene derecho cambiarla, lo que no tiene derecho es a incumplirla. Eso no sirve para estabilizar la democracia". Sostiene González que cuando llegó al Gobierno, en 1982, la procuraba "la convivencia en paz y la democracia incluyente". A su juicio "hoy la prioridad es la convivencia", algo que considera "necesario" para cumplir "otras aspiraciones" y que "la convivencia no nos lleve a las andadas del siglo XIX y XX.

"Acojonado, abrumado y preocupado", así se asegura que se sentía González en los meses previos a aquellas elecciones que se conmemoran este sábado. El entonces ministro de Defensa de UCD, Alberto Oliart, le había alertado de que "estaban preparando un golpe de Estado para el 27 de octubre", un día antes de que se abrieran las urnas. También ha recordado la llamada 'operación Galaxia'. Otra intentona golpista previa al 23-F protagonizada por el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, y el capitán del Ejército de Tierra Sáenz de Ynestrillas.

Felipe González ha reivindicado la labor de su ministro de Sanidad Ernest Lluch --del que ha recordado que fue asesinado por la organización terrorista ETA-- para conformar un sistema público de salud en España, y la de su Ejecutivo para articular un sistema universal de educación, también con un sistema de concertación de colegios.

También ha evocado su tarea de gobierno en materia de pensiones, y en la "cuestión militar" y en la "territorial" de España. Respecto a la primera, ha celebrado que España cuenta ahora con unas Fuerzas Armadas de cuyo prestigio "podemos sentirnos orgullosos dentro y fuera" del país.

González y Sánchez han compartido acto en un abarrotado Palacio de Congresos de Sevilla. Se da la circunstancia de que Ferraz ha elegido para la ocasión el mismo recinto, conocido como Fibes, que Génova empleó para entronizar a Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidente del Partido Popular, el pasado mes de abril, en el Congreso Extraordinario que celebraron los populares en la capital hispalense.

Para caldear el ambiente del acto, en las horas previas, ha habido actuaciones musicales con sabor a nostalgia. Música ochentera a todo trapo, además de rock and roll y la sintonía de la mítica serie Cuéntame de Televisión Española.

Tampoco han faltado los autobuses y los bocadillos, seña habitual en cualquier acto del PSOE andaluz que se precie. Vehículos llegados con militantes desde distintos puntos de la provincia sevillana, principalmente. Un auténtico bastión de poder municipal, más allá de que el PP de Juanma Moreno lograra victorias históricas y arrolladoras, el pasado 19 de junio en las autonómicas, en lugares como Utrera, donde ni siquiera tiene un concejal. También ganaron en Dos Hermanas, lugar desde el que partió Pedro Sánchez en su particular travesía del desierto para recuperar la secretaría general, auténtico bastión del 'sanchismo'.

Previamente a las intervenciones estelares ha habido una especie de mesa redonda, pero de pie, entre una joven granadina, dirigente federal del PSOE; la presidenta de la formación a nivel nacional, Cristina Narbona, que ha agradecido a González "tu victoria inconmensurable" de 1982; así como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que no pudo votar hace cuarenta años y estaba "en los movimientos cristianos". A todas ellas se han sumado dos alcaldes, presente y pasado de Sevilla: el actual, Antonio Muñoz, y su antecesor y líder del PSOE-A, Juan Espadas, que dice venir de una familia "castigada por el franquismo".

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