Cultura

Disfrutar de la vida incluso cuando llega el dolor

El dolor físico es más fácilmente mitigable que el dolor moral, pero no imposible de mitigar

A todos nos gusta disfrutar de lo bueno de la vida. De esa cervecita bien tirada con un pinchito, de una buena excursión por un paraje espectacular o de un agradable rato con nuestros seres queridos. Pero cuando llega un dolor intenso, este modo de disfrutar, para muchos, se acaba. Ya que nuestra tolerancia al sufrimiento es bien baja. Y más cuando el dolor es por una enfermedad incurable o terminal y se convierte en algo insoportable. Por eso algunos piensan que las limitaciones y el sufrimiento (sobre todo el moral) se terminan con la eutanasia o con el suicidio asistido. Convirtiéndose éste en un derecho fundamental. Ya que somos libres de hacer lo que queramos con nuestras vidas.

Frente a esta ayuda para morir o asistencia al suicidio, otros piensan que cabe la sedación paliativa. Que quita el dolor y deja que la vida siga su curso natural hasta que llega a su fin, sin mantenerla de manera artificial.

Digamos que el planteamiento de fondo es: El dolor físico es más fácilmente mitigable que el dolor moral, pero no imposible de mitigar. Por eso los Cuidados Paliativos que se ofrecen en los hospitales no se reducen al sufrimiento corporal. Atienden a toda la realidad del hombre y de la mujer. 

Hoy en día tenemos un conocimiento mayor de la persona. La medicina y la psicología han avanzado mucho. Y gracias a esto son muy eficaces los Cuidados Paliativos. No solo gracias a la sedación terminal o paliativa, sino también al cuidado y la atención a los enfermos, por parte de los grandes profesionales que son todos los sanitarios especializados, en esta rama de la medicina. 

Cuando se abre la puerta de la eutanasia se está dando la posibilidad de que en el futuro otros decidan por ti

Manuel Martínez-Sellés, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) y Jefe de Sección de Cuidados Cardiológicos Agudos del Hospital Gregorio Marañón, habla “pendiente resbaladiza” de la eutanasia, en su libro Eutanasia. Un análisis a la luz de la ciencia y la antropología de la editorial Rialp.

La “pendiente resbaladiza” comienza justificando los casos más extremos, para llevarse por delante otros más leves o sencillamente de personas mayores, con achaques propios de la vejez o que el futuro pueda ser una carga. Pero sobre que hacen disminuir el derecho de decisión de una persona lúcida a favor de los familiares o del sistema sanitario. Esto se ha podido ver en Holanda, que ha llevado a muchos jubilados neerlandeses a vivir en otros países, para huir de este terrorífico negocio y disfrutar de este tiempo de sosiego y paz que cada vez en más en más personas sucede, gracias a la aumento de la calidad de vida y de la longevidad.

Por eso la eutanasia no tiene porqué ser la mejor solución ante el dolor, ya que es más traumática y menos humana. Los Cuidados Paliativos son una  verdadera terapia, porque son más humanos y más naturales, que inducir la muerte o sostener la vida de manera artificial. 

Pero curiosamente España está a la cola de Europa en Cuidados Paliativos como nos cuenta el doctor Martínez-Sellés, con 0,6 servicios especializados en esta medicina por cada 100.000 habitantes, está muy alejado de las recomendaciones internacionales de 2 servicios de medicina paliativa por cada 100.000.

Hay un debate social amplio, libre y bien argumentado para llevar a cabo. Hay que escuchar a los enfermos y expertos. Buscando soluciones. Sabiendo que cuando se abre la puerta de la eutanasia se está dando la posibilidad de que en el futuro otros decidan por ti. Pero sobre todo sabiendo que algo tan violento y poco natural como es la eutanasia, tiene una solución más humana y acorde con el sentido de nuestra trayectoria vital: los Cuidados Paliatiavos.

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