La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sugerido que los sindicatos suavizarán su hasta ahora inamovible exigencia de que las subidas salariales se liguen al IPC y aceptarán que se indexen a más parámetros. Así lo ha planteado al declarar en rueda de prensa en su Ministerio que los sindicatos nunca han pedido ligar los salarios al IPC, para sorpresa de los medios presentes.
Preguntada por esta declaración y por qué consideraba que son las cláusulas de revisión salarial que exigían UGT y CCOO y que causaron que cesaran las negociaciones el 5 de mayo, Díaz ha dicho que no estuvo en la mesa pero ha tenido acceso a los documentos: "Nunca han hablado de indexación al IPC", ha asegurado cuando se le ha dicho que si con esta declaración está trasladando su intención o su conocimiento de que los sindicatos van a relajar sus peticiones, lo que no ha negado.
Díaz se ha refirmado en su apoyo a los sindicatos en detrimento de la patronal, ya que ha afirmado que "cuando la patronal tiene razón lo he dicho, ahora tienen razón los sindicatos y les apoyo porque trabajan por el interés general". Y ante las críticas que se le han trasladado del ala socialista del Gobierno a que tome parte, no ha hablado en esta ocasión de las movilizaciones sindicales, que viene apoyando, y ha instado a la patronal, pero también a los sindicatos, a los agentes sociales, en suma, a que "vuelvan a la mesa".
El fracaso del 5 de mayo
Díaz ha abrazado el relato de los sindicatos, que aseguran que el 5 de mayo CEOE se levantó de la mesa de negociación, pero en ese momento quien dijo que lo hacía fue CCOO. El IPC ha sido el gran escollo en esta negociación. Tanto sindicatos como patronal proponían subidas del entorno del 8% en tres años, las centrales, con cláusulas de revisión con el IPC, la patronal, sin ellas.
Las cláusulas de revisión pueden tener más condicionantes que el IPC, como que se compensen con aportaciones de la empresa a planes de empleo, lo que ya ha acordado la construcción, posibilidades que ahora se podrían explorar, lo que han confirmado fuentes del Ministerio de Trabajo.
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