-Yo acuso al PSC, el partido de los hijos progres de la mejor burguesía barcelonesa, de haber “señoriteado” al PSOE a lo largo de estas décadas de democracia al mejor estilo del absolutismo (poco) ilustrado: todo para el área metropolitana pero sin el área metropolitana. Ilustres dirigentes que en nada se diferenciaban de sus homólogos de Convergencia y en todo de los votantes de los que dependían. Esas personas que con enorme valor y coraje salieron de sus pueblos para llegar a Cataluña en busca de una vida mejor para sus hijos, vida que se ganarían trabajando como mulas y sin que nadie les regalase nada.

-Yo acuso al PSC de haber determinado las políticas que afectaban la vida de esas personas en cenas y reuniones en los mejores locales, completamente ajenos a las necesidades del pueblo,  en un alarde de cinismo pocas veces superado en la historia.

-Yo acuso a los lideres de los partidos que han gobernado Cataluña de haber establecido un sistema de racismo de baja intensidad, en el que el apellido castellano de tus padres, contaba, avergonzaba, y te señalaba como uno de fuera en tu propio país.

-Yo acuso a los partidos que han ido alternándose en el Gobierno de la nación de chalaneo constante con los dirigentes nacionalistas, cediendo en cuestiones de derechos fundamentales por cuatro días más de coche oficial y moqueta. Yo acuso los pactos que siempre se saldaban con el mal de muchos en Cataluña para el provecho de unos pocos en Madrid.

-Yo acuso a los votantes del resto de España de esos dos partidos, porque no les pidieron cuentas ni dejaron de votarles cuando vendían a sus compatriotas catalanes  or un plato de lentejas en La Moncloa y porque tanta traición les salió siempre gratis.

El Estado hay ido dejándonos en una situación vulnerable y peligrosa en la que decir una palabra de más se paga caro con el peor precio

-Yo acuso a los que aún ahora acusan a los catalanes, usados como moneda de cambio una y mil veces, de cobardes, porque no se paran a pensar en muestra soledad y en nuestra inmensa sensación de abandono.

-Yo acuso al Estado que ha ido retirándose de los pueblos y ciudades de Cataluña, dejándonos en una situación vulnerable y peligrosa en la que decir una palabra de más se paga caro con el peor precio.

-Yo acuso a quienes no defienden a los niños y a sus padres cuando sufren las consecuencias por pedir lo que es su derecho: Ser educado en su lengua en su propio país,  porque lo hacen siempre en provecho propio.

-Yo acuso a los políticos nacionalistas que llevan sin excepción a sus hijos a colegios privados sin inmersión lingüística mientras niegan a las familias que no pueden permitírselo el derecho a ser educado en su propia lengua.

-Yo acuso a Salvador Illa de traicionarnos a todos propiciando una ley en la que las muchas palabras sin significado alguno que enredan su contenido no ocultan la perversidad de sus fines, por este orden evitar por todos los medios que el español se use en las escuelas para no molestar al partido independentista del que dependen los paseos en Falcon del peor presidente de la democracia.

Yo acuso a quienes no cogen la mano del niño de Canet y de tantos otros como él, para acompañarles a clase y evitarles el miedo

-Yo acuso a quienes permiten que no podamos hacer una sola gestión en español, a los que no ponen fin a la constante condescendencia con los que no son catalanes de origen, a los que dejan que muchas vidas estén condenadas al sufrimiento estéril de sentirse inferior.

-Yo acuso a quienes no cogen la mano del niño de Canet y de tantos otros como él, para acompañarles a clase y evitarles el miedo y el dolor de sentirse señalados.

-Yo acuso a quienes debiendo protegernos, nos han dejado solos.

-Yo les acuso escribiendo en la lengua proscrita, en mi español con giros catalanes, en el recuerdo de los mimos de mi madre en esa lengua y los de mi padre en catalán.
Yo acuso. Ahora y siempre.

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