El sector tecnológico detecta síntomas de recuperación en el abastecimiento de chips, tal y como ha podido saber Vozpópuli a través de fuentes del sector. Tras meses con problemas en el suministro de este tipo de componentes, las empresas comienzan a ver la luz al final del túnel.

El motivo de este cambio en la situación se encuentra en la relajación en la demanda. Es algo que el sector ya auguraba, y que ahora es un hecho: "La demanda en ordenadores, tablets y dispositivos electrónicos ha comenzado a caer y la situación no es tan crítica como hace meses. Esto nos hace pensar que estamos comenzando el camino para recuperar la normalidad".

Durante gran parte del año pasado el abastecimiento de procesadores fue un problema. El motivo de esta situación se encuentra, por una parte, en la altísima demanda de equipos derivada de la pandemia. El teletrabajo provocó la necesidad de renovar los equipos en empresas y hogares. La obligatoriedad, en el caso de los más pequeños, de estudiar a distancia, fue también un impulso para la compra de dispositivos informáticos.

Otro de los motivos de la falta de chips reside en los problemas que, desde hace tiempo, sufre el sector logístico. Los atascos de contenedores en puerto no permiten que se abastezca al sector conforme exige la demanda.

Una situación que ha causado que, incluso, campañas como la del Black Friday del año pasado se vieran afectadas. Las marcas no fueron capaces de asumir los picos de demanda de fechas tan señaladas porque no pudieron acceder a procesadores con los que fabricar los equipos.

El problema fue de tal magnitud que hasta la Guardia Civil, en un informe, calificó de 'armagedón' la situación. "Este desajuste de demanda y oferta ya es de gran nivel y crecerá exponencialmente debido a numerosas innovaciones tecnológicas (las criptomonedas, los drones, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, las redes 5G, los satélites, los smartphones, el streaming, etc) creando la tormenta perfecta, un ‘armagedón’ que bloqueará el avance digital mundial", reflejaba el informe, del que informó Vozpópuli.

El texto reflejaba, además, que de producirse esta situación" se pararía sin fecha de reinicio la producción de todo tipo de dispositivos de uso cotidiano (coches eléctricos, electrodomésticos inteligentes, teléfonos de última generación, videoconsolas…)".

De hecho, uno de los sectores que peor está capeando el temporal es el de los coches. El desabastecimiento de chips ha hecho que el sector pierda seis millones de unidades.

La Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) estima que este año este año se dejarán de producir entre 4 y 6 millones de vehículos. Además, señala que la escasez de chips sigue presionando a las fábricas de automóviles y supone un reto "entre importante y existencial" para los proveedores del sector de la automoción, lo que pone de manifiesto la necesidad de una estrategia específica para los semiconductores y de una acción "tangible" por parte de los responsables políticos.

Europa quiere ser independiente en chips

Esta situación ha provocado que la Unión Europea tome cartas en el asunto. El objetivo es no depender tanto de Asia, potencia mundial en la fabricación de chips. El objetivo marcado por Bruselas es duplicar la producción de procesadores en diez años.

Europa quiere por tanto potenciar la construcción de fábricas de chips para minimizar la dependencia de Asia, que está obligando a realizar constantes ajustes en las plantas de vehículos -son uno de los sectores más afectados- y a dejar de producir este año miles de unidades.

Si Bosch ya anunció meses atrás su intención de montar una fábrica de semiconductores en suelo europeo, ahora es Intel quien planea construir al menos dos nuevas plantas de chips en Europa con inversiones que podrían alcanzar los 80.000 millones de euros durante la próxima década, según han informado fuentes de la compañía.