Las escuchas telefónicas del caso Titella han puesto de manifiesto cómo José Luis Moreno y los implicados en esta trama de estafa bancaria vivieron con máxima preocupación las semanas previas a su detención el 29 de junio. De este modo, no solo buscaron liquidez a contrarreloj para saldas sus deudas, sino que también habrían buscado acercamientos con el Ejecutivo. El propio productor llegó a confesar que tenía cerrado un almuerzo con Iván Redondo, entonces director de gabinete de Pedro Sánchez, para "reconvertir TVE en algo serio”.
Así se desprende de un nuevo oficio policial incorporado a la causa y al que ha tenido acceso Vozpópuli. En el mismo los agentes analizan el tramo de escuchas practicadas entre el 16 de junio y 14 de julio (ya dos semanas después de las detenciones). De entre ellas destaca una conversación mantenida entre Moreno y Beatriz Sánchez, una de las personas de confianza del humorista que, según los investigadores, ordenó la emisión de facturas falsas de sus sociedades y gestionó la distracción de pagos a Hacienda.
En la charla, que se produjo ocho días antes del operativo de su detención, el también presentador de televisión le relató que se iba a reunir con el periodista deportivo José María García y con Iván Redondo, entonces jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En concreto, Moreno le contó que el periodista deportivo era "íntimo amigo" del asesor de Sánchez y le había encargado que le ayudara a "reconvertir TVE en algo serio", siempre según el oficio policial. Fuentes del entorno del Redondo consultadas por este periódico se desligan de sus declaraciones y desmienten la cita aludida.
En dicha llamada, que tuvo lugar el 21 de junio, Moreno siguió relatando a su interlocutora (también detenida en el operativo policial) que la siguiente semana tendrían previsto también ir a ver al presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. La conversación refleja la angustia del productor ante la necesidad de encontrar financiación para pagar a Hacienda en un momento en que la Audiencia Nacional ya preparaba el estallido de la red que se saldó con 46 detenciones y cerca de 60 registros en diferentes punto del país.
De hecho, le confesó que esperaba que la serie en la que estaba trabajando le dejara unos beneficios mínimos de 3,7 millones de euros, de los cuáles 600.000 irían a parar a Hacienda y a saldar deudas con Luis Dueñas, otro de los implicados en la trama. Beatriz, por su parte, le trasladó que ella no iba a desfallecer y que su familia le decía que siguiera hasta el final.
Dinero de origen desconocido
Los días siguientes los principales implicados en esta trama continuaron valorando la posibilidad de conseguir financiación rápida y de traspasar fondos de algunas mercantiles a otras para proteger los activos en caso de una actuación de Hacienda. En concreto, barruntaban cómo vaciar sociedades como Youmore TV (de la que era administrador el checo Martin Czehmester) o Kulterperalia, a petición expresa de Moreno. De las escuchas se desprende que una de las preocupaciones de sus gestores venía porque el humorista había ingresado 9 millones de euros a través de transferencias bancarias de origen desconocido.
Aunque los interlocutores intentaban calmar al productor, en sus conversaciones paralelas reconocían que éste estaba preparando el terreno para deshacerse de algunas firmas de su entramado e irse al extranjero, en parte también debido a la desconfianza que le generaban algunos de sus hasta entonces socios, como Luis Dueñas. El propio Dueñas conversaba en una llamada con Beatriz Sánchez que el humorista había "perdido el norte".
Con todo, otro de los asuntos que copaba las llamadas era el relativo al proyecto que se traía entre manos con el argentino Alejandro Roemmers. De las escuchas y los seguimientos practicados la Policía Judicial concluyó que Moreno habría estafado al empresario 35 millones de euros con el pretexto de una producción cinematográfica. Según sospechan, canalizó facturas falsas a través de la sociedad Dreamlight International Productions (productora participada por el argentino y Moreno) y desvió parte de dichos fondos a sus empresas privadas. Antonio Luis Aguilera, uno de los cabecillas de esta red, llegó a confesar a la Policía que Moreno se quedó con 16 millones de los 35 recibidos.
Enfrentamiento con Roemmers
Ya después de las detenciones, Dueñas comentaba este asunto con Joseph Francis Fay, el gestor mano derecha del inversor argentino. Dueñas, encargado de gestionar las deudas de las empresas de Moreno, le trasladó que no entendía cómo había tenido "tanta paciencia" al entregarle 34 millones sin constatar que se produjera un solo capítulo de la producción pactada (una serie sobre la vida de San Francisco de Asís titulada Glow and Darkness). Joseph le contestó que Roemmers tenía claro que Moreno "estaba mal".
Dueñas continuó confesando que solo había visto un capítulo y que no sabía si había algo más, pero que era conocedor de que se habían hecho unas tasaciones con esa inversión. Joseph le respondió que esas tasaciones "no valen ni en el papel donde se escribieron" y que cuando así se lo trasladaron a José Luis Moreno éste se puso "como una loca". La defensa del productor, por su parte, expuso en un escrito remitido al magistrado Ismael Moreno que su cliente "jamás había estafado" ni a Roemmers ni a nadie.
De hecho, alegó que la serie estaba avanzada hasta el punto de que se habían rodado ya más de 2.000 minutos (35 capítulos) y propuso incorporar este material al sumario, pero protegido para que solo Policía Judicial, Fiscalía y juez pudieran comprobar la existencia de la producción. Aluden además a que el propio Roemmers encargó al perito Javier Pablo Leoz en enero de este año que valorase el material rodado hasta la fecha y éste concluyó que todo ello era "proporcional a la inversión realizada". Por ese motivo han solicitado al juzgado que cite a declarar al productor argentino.