Es el cuarto grupo automovilístico mundial por volumen. Stellantis, nacido de la fusión entre los grupos PSA y FCA, ha dado a conocer los resultados obtenidos en el último ejercicio 2020 en el que, pese a la reducción de los beneficios de un 62%, ha logrado situarlos en 2.200 millones de euros. Los dos componentes de este nuevo gigante del sector demostraron una mejor resiliencia que algunos de sus rivales en un año en el que los concesionarios han permanecido cerrados durante meses y con los consumidores más previsores en sus gastos por el coronavirus.
Eso sí, los resultados de forma independiente son sin duda muy diferentes. PSA, que comercializa las marcas Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauxhall, marcas muy presentes en Europa, uno de los mercados más afectados por la crisis, vio sus ventas reducirse un 18,7% hasta los 60.700 millones, pero logró conservar sus precios de venta y evitar las pérdidas. Su beneficio, 2.173 millones de euros, es un 32% inferior al registrado en 2019, con un margen operativo del 7,1%, un indicador que, en el segundo semestre, cuando las medidas de confinamiento de la población se fueron relajando en Europa, alcanzó un nivel récord del 9,4%.
Por el contrario, su nuevo socio italo-estadounidense, que además de Fiat y Chrysler comercializa las marcas Lancia, Alfa Romeo, Abarth, Maserati, Jeep, RAM y Dodge, logró finalmente esquivar los números rojos, registrando un beneficio de 24 millones, frente a los 2.700 millones de 2019. Al igual que PSA, su rendimiento mejoró a medida que avanzó el año y en el cuarto trimestre se apuntó unos beneficios de 1.560 millones de euros, un 1% inferior al del mismo periodo del ejercicio anterior.
Sumando los beneficios de ambas automovilísticas llegan a rozar los 2.200 millones de euros, muy lejos de los más de 5.900 millones de 2019, pero ambas evitan los números rojos en los que han caído buena parte de sus rivales. Unos resultados aplaudidos por los mercados, que situaron a media mañana las acciones del nuevo conglomerado en torno a una subida del 3% en la Bolsa de París, tres veces más que la mejora del selectivo CAC-40.
"Estos resultados muestran la solidez financiera de Stellantis, que reúne dos empresas fuertes y sanas. Stellantis comienza una andadura lanzado y se concentra totalmente en conseguir las sinergias anunciadas", indicó Carlos Tavares, antiguo máximo dirigente de PSA y ahora al frente de la nueva entidad, cuarto fabricante automovilístico del mundo.
China, el gran reto
Fruto de ese optimismo, el grupo auguró un margen de explotación positivo de entre el 5,5 y el 7,5% para el año en curso, en unas previsiones fundamentadas en que la crisis del coronavirus no se traducirá en nuevos confinamientos. Juntos, superaron los 134.000 millones de euros de ventas y los resultados esperan mejorarlos en este 2021.
Con 14 marcas en su cartera, 400.000 empleados repartidos en 130 mercados y fábricas en 30 países, el nuevo grupo se marca como meta lograr a medio plazo 5.000 millones de euros de sinergias, sin el cierre de plantas ni reducciones de plantilla.
Su estrategia pasa por inversiones conjuntas y explotar la complementariedad geográfica del conglomerado para afrontar los desafíos del sector, la electrificación de su oferta, confrontada en estos momentos al doble reto de superar la crisis sanitaria y la de penuria de componentes, como los semiconductores. Pero el gran reto para Stellantis es hacer frente a su principal punto débil, su implantación en el mercado chino, uno de los más importantes a nivel mundial.