La firma Christian Dior celebra su 70 aniversario en París con una exposición que rinde un deslumbrante homenaje al maestro fundador (Granville, Francia 1905-Montecatini, Italia, 1957).
Monumental como el alma del modista que la inspiró, la muestra, que estará abierta hasta el próximo 24 de septiembre, inunda el Museo de las Artes Decorativas de París con 300 modelos de alta costura y decenas de documentos, cuadros, vídeos, esculturas, cartas, dibujos y fotografías relacionados con ese hijo de notables normandos nacido en Granville en 1905 cuya primera profesión fue la de galerista.
Una muestra en la que el pilar fundamental es su primera colección, "Corolle" que vio la luz en febrero de 1947, un trabajo que fue bautizado como "New Look", después de que la periodista Carmel Snow, de la revista estadounidense "Harper's Bazaar", exclamara tras ver el desfile: "Dear Christian, your dresses have such a new look!" –“Querido Christian, ¡sus vestidos tienen un estilo tan nuevo!"-.
Así surge el afamado y copiado "New Look", un estilo que impone volumen en la falda y líneas ajustadas en el busto y que enterró la austera estética de la posguerra que imponía a la mujer.
El patrón de esta nueva estética de Christian Dior apostaba por hombros redondeados, pecho alto y sobresaliente, cintura entalladísima y voluminosas faldas en forma de corola hasta la media pierna, que requieren una inusual abundancia de materia prima.
En poco tiempo, la firma se convirtió en una de las más cotizadas del mundo. Aristócratas como la princesa Soraya, la princesa Margaret o la duquesa de Windsor adoraban sus diseños.
Millonarias y mujeres de políticos y políticas como Eva Perón, así como actrices de Hollywood de la talla de Marlene Dietrich, Rita Hayworth o Ava Gardner idolatraban a esta costurero que se interesó por la arquitectura, el arte, la música y la poesía.
Christian Dior fue autodidacta
Sin otro aprendizaje que la intuición y sin otro método que la necesidad, a los 41 años Dior convertía la creación de vestidos de alta costura en su razón de ser.
Se instaló en el número 30 de la avenida Montaigne, en el triángulo de oro de la capital francesa, allí donde todavía hoy la firma tiene su cuartel general, en un palacete construido en 1868 por el conde Walewski, hijo natural de Napoleón I.
Con el deseo de volver a la tradición del gran lujo de la costura francesa fundó una casa pequeña, muy cerrada, con pocos talleres, donde trabajar según las tradiciones de la mejor costura, para vestir a una clientela de mujeres verdaderamente elegantes.
Más allá del "New Look", Dior comprendió que venían nuevos tiempos y se preparó para vestir a la mujer de la segunda mitad del siglo XX, para la que creó una silueta filiforme y también la Línea H, definitivamente 'desencorsetada' y liberadora.
Toda su obra y su legado están presentes en la exposición que muestra los 70 años de costura de esta mítica casa francesa. En la exposición se ve un calendario que resume los grandes momentos de su vida y la posteridad de su firma, así como la primera sala recuerda también que antes de dedicarse al arte y de hacerse modisto por casualidad gracias a sus dibujos e ilustraciones, el joven Dior estudió ciencias políticas.
Este espacio incluye un primer retrato del maestro y una de sus primeras obras, un entallado "vestido de tarde hecho con lana roja plisada rojo 'satán'", bautizado "Diablesse", muy ceñido en la cintura antes de abrirse en una amplia falda de corte piramidal.
El modelo es ya un perfecto ejemplo del "New Look" que dos años después de la II Guerra Mundial hizo famoso a Dior desde su primera colección, presentada en el 12 de febrero de 1947 en los salones del ya mítico número 30 de la avenida Montaigne.
Desde allí, siguieron irradiando su espíritu otros gigantes de la moda, encabezados por Yves Saint Laurent, quien en 1957 tomó las riendas de la casa tras la inesperada muerte del fundador. Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano, Raf Simons y ahora Maria Grazia Chiuri siguieron sus pasos.
En otros espacios se descubre cómo el artista tradujo en moda su infinita curiosidad y cultura y cómo sus sucesores retomaron sus hallazgos y fuentes de inspiración, de Egipto y la China imperial, al arte africano o la España del siglo XVII, en el intento de continuar la senda abierta por él.