"Se podría haber evitado". Fueron las escuetas pero contundentes declaraciones de la familia de Álex, el pequeño de 9 años asesinado en Lardero (La Rioja), tras conocer el historial delictivo de su asesino. Francisco Javier Almeida tiene el perfil de un sociópata, según las fuentes policiales consultadas. Ahora la letrada de la acusación ha adelantado a Vozpópuli que pedirán "sin duda" la "prisión permanente revisable" para que este hombre "no vuelva" a pisar la calle.
El crimen de Lardero sacudió hace meses los cimientos del poder judicial y penitenciario. Ocurrió la tarde del 28 de octubre de 2021 cuando Álex estaba jugando con varios amigos en un parque disfrazado de la "niña del exorcista", con motivo de Halloween. Sus padres estaban celebrando con conocidos una fiesta en las proximidades. Almeida se acercó al menor, al que confundió con una chica, y le engañó para que subiera a su casa para enseñarle unos cachorros.
Cuando uno de los padres se dio cuenta de la ausencia de Álex fueron a buscarle por las inmediaciones. Uno de ellos fue el que encontró a Almeida con el cadáver del niño en sus manos. Dijo que se había "desmayado". Según las investigaciones de la Guardia Civil el menor murió asfixiado.
Falta prueba forense al asesino de Lardero
Tras meses de pesquisas, esta semana, el presunto autor tuvo que comparecer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño. Lo hizo en calidad de investigado por videoconferencia desde el centro penitenciario de Segovia donde permanece ingresado en prisión provisional. Se acogió a su derecho a no declarar y su presencia duró menos de un minuto.
"Cuanto antes se acabe la instrucción mejor, aún no tenemos fecha para el final de la misma", explica a Vozpópuli Alicia Redondo, la abogada que representa a la familia del niño, como acusación particular, y también a la Asociación Clara Campoamor, como acusación popular.
Contra Almeida "existen pruebas de mucho peso" pero la letrada se fue con ganas de escuchar su versión. "Le encontraron con el niño en los brazos y hay más cuestiones en las que ha trabajado la Guardia Civil, y todo nos hace pensar que sabemos perfectamente lo que pasó", asegura.
El siguiente paso de la instrucción será el reconocimiento forense que se le practicará a Almeida, que ya está solicitado pero aún no tiene fecha. Este hombre tiene el perfil de un "sociópata", según las fuentes consultadas por este diario. No tenía relaciones cercanas y es una persona introvertida. "Está totalmente apartado de la sociedad", aseguran estas fuentes.
Pedirán prisión permanente
A pesar del paso del tiempo la familia de Álex se encuentra "muy muy mal" ya que han sufrido uno de los "peores dolores". "De los más horrorosos", asegura la letrada. "Lucharemos para que no se vuelva a repetir y que no vuelva a pisar la calle", afirma.
Aún con todo el sufrimiento, sus padres están esperanzados de que la causa judicial prospere y pronto se pueda conocer toda la verdad. Alicia Redondo ha confirmado que pedirán la prisión permanente revisable para Almeida, una pena que para este crimen es "clara, clarísima".
El historial del presunto culpable parece sacado de una película de terror ya que ha pasado gran parte de su vida en la cárcel. Cuando salía volvía a delinquir de la forma más atroz e inimaginable.
El crimen de la inmobiliaria
Su primer delito lo cometió en 1989 cuando tenía 22 años. Retuvo y abusó de una menor de 13 años en Logroño. Almeida fue detenido y condenado a siete años de cárcel. Solo cumplió cuatro y abandonó la penitenciaría en 1997.
Al año de estar en la calle perpetró un brutal y terrible asesinato el 17 de agosto de 1998. Tenía 31 años. Ese día abordó a una joven agente inmobiliaria con la excusa de visitar un piso. La mujer fue hallada con 16 heridas de arma blanca por diferentes parte del cuerpo, entre ellas en sus partes íntimas, y una mortal en el corazón.
Por este crimen fue condenado a 30 años de prisión. Recibió la libertad condicional en abril de 2020, más de un año antes del terrible crimen de Álex. En este periodo disfrutó de 38 permisos penitenciarios desde el 2013. A pesar de su historial y su carácter, cumplía con los requisitos para disfrutar de esta condición.
En Lardero, Almeida se hacía llamar Pachi, entre sus pocos conocidos, y trabajaba para una empresa de limpieza especializada en la reinserción laboral de presos. En sus primeras solicitudes para disfrutar de la libertad condicional la junta de tratamiento de la prisión de El Dueso (Cantabria) expresó sus dudas al respecto. Después, no pudieron hacer más para impedir que volviera a la calle.
