Sólo van cuatro jornadas del juicio por la primera etapa del 'caso Gürtel' y las horas de banquillo ya han empezado a pasar factura a los procesados. De la aparente seriedad y atención que prestaron a lo que pasaba en la sala durante las dos primeras jornadas del juicio, en la de este martes, la primera en la que sólo estaban obligados a comparecer los 14 principales implicados y los tres arrepentidos, ya se han visto los primeros momentos de distensión y de búsqueda de 'actividades' para hacer llevaderas las horas de juicio.
Correa y Crespo han pasado buena parte de la sesión intercambiando confidencias al oído
Así, los más animados parecían Francisco Correa y Pablo Crespo. Los dos presuntos cabecillas de la trama, a los que la estrategia que plantean para el juicio supuestamente les debería haber enfrentado, han pasado buena parte de la jornada con comentarios al oído a los que seguían sonrisas o, en algún caso, negaciones con la cabeza de Correa, del que se espera que el próximo jueves comience a declarar y a colaborar con la Justicia, como apuntan fuentes de su equipo jurídico.
Crespo, que por contra ha intentado torpedear el proceso hasta el último momento con recusaciones a uno de los tres magistrados del tribunal, José Ricardo de Prada, y peticiones de nulidad, rellena el tiempo tomando notas en un cuaderno de tamaño folio que reposa sobre sus rodillas. A veces también se gira para entablar una breve conversación con otro de los principales implicados, Guillermo Ortega, ex alcalde de Majadahonda. Éste, al que el lunes se le dispensó por error de estar presente en todas las sesiones del juicio, acudió este martes tras ser reclamado cargado de un voluminoso maletín.
Los dibujos de 'El Bigotes'
Más activo desde el primer día se muestra Álvaro Pérez, 'El Bigotes', cuyo rostro aparece ahora cubierto con una poblada barba. Vestido siempre con ropa 'casual', el hombre de la trama en Valencia muestra ciertas dotes artísticas durante las sesiones. También con un cuaderno tamaño folio sobre las piernas dedica buena parte de la jornada a dibujar. Eso sí, sus 'modelos' no son personas presentes en la sala ni, tan siquiera, algún objeto de la misma. Aprovecha que el banquillo se ha despoblado para dejar su teléfono móvil en la silla de al lado y reproducir en su pantalla imágenes de objetos que intenta copiar a lápiz. Perfeccionista, no duda en tirar de borrador para repetir una y otra vez lo trazos.
Álvaro Pérez usa su móvil para reproducir imágenes que luego intenta dibujar en el cuaderno en el que anota
En otras ocasiones toma notas con un bolígrafo de varios colores. El rojo y el verde parecen ser los tonos favoritos, a la vista de los párrafos que escribe con ellos. Con Alberto López Viejo, el considerado durante años el delfín de Esperanza Aguirre y que se sienta justo delante de él, 'El Bigotes' suele intercambiar confidencias. Este martes, por ejemplo, calificaban de "acojonante" la declaración de uno de los arrepentidos, el 'nervioso' ex concejal de Pozuelo de Alarcón, Roberto Fernández. Claro que este testimonio no les afectaba a ninguno de los dos, sino a Correa y al que fuera alcalde de este municipio, Jesús Sepúlveda, ex marido de Ana Mato.
Sepúlveda y su carpeta
Este último es uno de los procesados más 'estáticos'. Sentado en la misma fila que López Viejo, mientras éste se revuelve en los incómodos asientos, cruza las piernas y echa el brazo por detrás del respaldo de la silla de al lado, Sepúlveda prácticamente ni se mueve. El único gesto que se le puede ver es el de apretar sobre su pecho la fina carpeta de plástico en la que lleva documentos. Por contra, López Viejo lleva una portafolios de piel repleto de papeles. Este martes, por ejemplo, ha extraído de él la transcripción de la declaración que en su día hizo el empresario Rafael Naranjo, uno de los dos implicados en la trama que han sido apartados de la causa por demencia sobrevenida, para poder seguir sus palabras mientras se reproducía la grabación del testimonio que éste prestó en 2011 y en el que le salpicó por el cobro de una supuesta 'mordida' de un millón de euros. Pese a lo escuchado en la sala, no ha perdido la sonrisa.
Alicia Mínguez, ataviada con un bolso Louis Vuitton, ha utilizado un portátil mientras se celebraba la vista
La que no parecía prestar mucha atención a lo que ocurría en la sala era Alicia Mínguez, acusada en su condición de administradora del llamado Grupo Pozuelo. Este martes acudía con un bolso Louis Vuitton y un ordenador portátil con el que se ha pasado buena parte de la jornada mientras daba sorbos a un bote de Coca-Cola. Muy cerca, Luis Bárcenas permanecía atento el juicio, mientras en el asiento de al lado, ahora vacío, dejaba abierta una libreta de notas. Una estampa muy similar es la que presenta José Luis Peñas, el ex concejal de Majadahonda que destapó la trama con 18 horas de grabaciones. Éste, además de libreta, cuenta con una tableta que consulta esporádicamente. Su chaleco 'sport' y sus polos de vivos colores contrastan con la mayoría de trajes y americanas de color oscuro que visten mucho de sus compañeros. Algunos de los rematados con camisas con gemelos, como López Viejo.
Una discreción sólo superada por Isabel Jordán, quien figurase como administradora de varias empresas de Correa. Esta procesada prácticamente no se ha movido durante las cuatro largas sesiones y ha permanecido con la cara casi oculta por su largo cabello. Parece conocer que la oposición que ocupa en la primera fila del banquillo, muy cerca de los 'cuchicheantes' Correa y Crespo, le hace presa fácil para una foto que parece empeñada en evitar... infructuosamente.