El mensaje de "unidad y pluralidad" escuchado en la Asamblea de Vistalegre el pasado febrero se tambalea ya desde arranque de la nueva etapa política de Podemos. Esa unidad brilla por su ausencia en la primera gran acción del partido morado tras el citado cónclave: el lanzamiento de una ofensiva contra la "trama". El entorno del exnúmero dos de la organización, Íñigo Errejón, está guardando distancia con respecto a esta última estrategia de la dirección morada. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y su equipo han extendido la sospecha de la corrupción sobre lo que consideran una red organizada de expresidentes del Gobierno, políticos, jueces, empresas del Ibex-35 y aristócratas. Y quieren que este discurso cale en la opinión pública, recurriendo a los medios de comunicación y a las movilizaciones en la calle, como las previstas para este sábado bajo el lema "Nadie sin derechos".
Los errejonistas, sin embargo, no se sienten cómodos en esta campaña y no la están apoyando con especial ahínco. Más bien al contrario. La actitud que muestran es la de guardar distancia con respecto al nuevo mantra del partido, evitando pronunciar el término "trama". Así actuó Errejón, por ejemplo, el pasado sábado tras la reunión del Gobierno en la sombra de Podemos, donde el tema principal fue el trazado de futuras acciones para "desmantelar la trama". El actual secretario estatal de Análisis Estratégico eludió este concepto en la única referencia a esta reunión que hizo en su cuenta oficial de Twitter: "Primer debate político de cara a 2020. Tenemos por delante el reto de levantar un nuevo proyecto de país que reconstruya el acuerdo social", señaló.
Tampoco el miércoles en su vídeo-resumen de la sesión plenaria del Congreso empleó la palabra "trama" y optó por exigir que se esclarezca "si en España nos gobierna un partido que varias investigaciones judiciales empiezan a denominar como una maquinaria dedicada al enriquecimiento privado y a saquear las instituciones". "Si eso es así, sería extraordinariamente grave porque todos los recortes que nos han aplicado a los ciudadanos sería dinero que se han llevado luego unos pocos", añadió. Errejón centró la crítica sobre el PP y no se remontó, a diferencia de los pablistas, a la gestión de los expresidentes socialistas Felipe González, continua diana de los estrategas de Iglesias, y José Luis Rodríguez Zapatero.
Primer debate político de cara a 2020. Tenemos por delante el reto de levantar un nuevo proyecto de país que reconstruya el acuerdo social. pic.twitter.com/tVjmPU4I2X
— Íñigo Errejón (@ierrejon) March 18, 2017
De igual modo, los principales colaboradores de Errejón, representantes del sector moderado del partido, se han abstenido de emplear la dialéctica de "la trama". Ni Jorge Moruno, anterior responsable de Discurso de Podemos, ni la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, han incluido este concepto en su argumentario. Maestre también forma parte del Gobierno en la sombra y del Consejo Ciudadano estatal de Podemos, máximo órgano entre congresos.
Además, ninguno de estos errejonistas ha animado a participar en las manifestaciones del sábado, convocadas para atacar al Ibex-35, con el mismo énfasis que lo ha hecho el núcleo duro de Pablo Iglesias. Los leales a Errejón concurrieron a Vistalegre II con un proyecto que pedía mantener un equilibrio entre el trabajo en las instituciones y la acción en la calle. En cambio, los oficialistas siempre abogaron por priorizar esto último, porque los diputados fueran, ante todo, "activistas".
Cuatro columnas en Madrid
Junto a este perfil bajo, la corriente moderada tampoco ha participado activamente en los preparativos de las movilizaciones del sábado. En Madrid, serán cuatro columnas de pasacalles que confluirán al término de su recorrido en la plaza Arturo Barea. Allí tendrá lugar el acto principal, al que seguirá un concierto. También habrá concentraciones en otras capitales del país.
En las últimas semanas, Podemos ha ido celebrado asambleas de Vamos! (iniciativa orientada a "poner acento en el empoderamiento y el protagonismo popular") en estas ciudades para recabar el mayor respaldo posible de simpatizantes y movimientos sociales y, al mismo tiempo, definir las acciones concretas del 25-M. La presencia de errejonistas en las mesas de dichos encuentros ha sido residual. En la Comunidad de Madrid, donde es precisamente Errejón el que se perfila como cabeza de lista de Podemos para las próximas autonómicas, el protagonismo ha recaído en portavoces pablistas como el senador Ramón Espinar o la parlamentaria regional María Espinosa.