“En la actualidad, España se sitúa como el séptimo país a nivel mundial en número de casos de Covid-19, con cerca de 3,2 millones de pacientes infectados. De esta forma, varios expertos españoles han puesto de manifiesto la necesidad de contar con fármacos eficaces que reduzcan el número de días de ingreso para disminuir la presión hospitalaria, así como la necesidad de continuar investigando nuevos tratamientos para combatir el SARS-CoV-2 además de seguir avanzando en la vacunación de la población global”.
El doctor Luis Maíz, especialista en Neumología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, destaca que, a nivel epidemiológico, “hay que incrementar los rastreos de los contactos, intensificar las medidas preventivas ya conocidas que han demostrado su eficacia (lavado frecuente de manos, mascarilla naso bucal protectora, confinamiento de las personas infectadas, etc.) y mejorar las técnicas de detección del virus, haciéndolas asequibles a la población que lo necesite y abaratando el coste”.
Los sanitarios coinciden en que, además, es necesaria la convivencia entre una estrategia preventiva como la vacuna y un arma terapéutica como los tratamientos ya que es importante “continuar generando evidencias diagnósticas, terapéuticas y preventivas frente a esta pandemia”, señala el doctor Carlos Dueñas, jefe de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Clínico de Valladolid. “La realidad es que, cuantas más personas tengamos vacunadas menor será el número de pacientes infectados que precisen de tratamiento para la COVID-19. Pero probablemente siempre necesitemos de tratamientos antivirales para mejorar el pronóstico de esta infección”, puntualiza este médico, quien afirma que la realidad es que “actualmente tan solo disponemos de dos fármacos aprobados por las agencias reguladoras que son Remdesivir y Dexametasona. Cada uno tiene en la actualidad indicaciones en situaciones de la enfermedad distinta” y “los que estamos acostumbrados a tratar infecciones víricas, tenemos claro que cuanto antes se consiga bajar la carga vírica, mayor será la probabilidad de una infección más leve y un mejor pronóstico”.
Hasta la fecha, los antivirales han demostrado eficacia y seguridad para tratar a los pacientes con SARS-CoV-2, pero es necesario administrarlo en la etapa inicial de la enfermedad. En este sentido, el doctor Maíz, afirma que “como está bien documentado desde el inicio de la pandemia, hay una fase inicial de replicación viral, que dura aproximadamente 7-10 días desde que el virus entra en contacto con el organismo, en que el que el virus se multiplica en las células. Es en esta fase cuando tenemos una ventana de oportunidad de intentar controlar la replicación con fármacos antivirales. Es crucial que se administren precozmente antes de que se llegue a la fase denominada de ‘tormenta de citocinas’ en las que el virus ya se ha replicado de manera descontrolada y comienza la hiper respuesta inflamatoria del organismo infectado”.
Unas palabras que casan con las del doctor Álex Soriano, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, quien acumula un extenso conocimiento al ejercer en una de las ciudades más impactadas por el COVID-19 y defiende la importancia de tratar a los pacientes infectados por coronavirus en la fase viral de la enfermedad, ya que “si interrumpimos la replicación viral de forma precoz evitaremos la respuesta inflamatoria. La experiencia con la gripe nos ha enseñado que cada día de retraso en la administración del antivírico aumenta la mortalidad”.
Y es que el principal objetivo que tenemos en estos momentos iniciales, tal y como señala la doctora Rosario García, directora de la unidad de Urgencias del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, “es frenar la replicación del virus y disminuir de esa forma su capacidad infectiva y reducir la mortalidad. Además, hay que mejorar el pronóstico del paciente y disminuir la estancia media hospitalaria”. De hecho, en el caso particular de remdesivir, la doctora afirma que “es el único antiviral que ha demostrado su eficacia contra la Covid, mejorando el pronóstico de los pacientes. En el servicio de urgencias se usa de forma precoz, siempre y cuando las condiciones clínicas del paciente así lo permitan”.
Con casi 70.000 fallecidos en nuestro país desde el inicio de la pandemia, los especialistas han coincidido en señalar que el mayor reto al que nos enfrentamos en la actualidad es la vacunación universal en países desarrollados y subdesarrollados. Así, el doctor Maíz señala que es necesario “lograr que la vacuna llegue cuanto antes a todas las personas, evitando la gran brecha que existe en cuanto a su distribución entre países ricos y pobres y, en segundo lugar, demostrar fehacientemente la eficacia y seguridad de los fármacos que empleamos actualmente y de los que están en investigación”.
Además, la necesidad de liberar recursos hospitalarios es un aspecto esencial en un contexto en el que las cifras de presión hospitalaria y de camas UCI, así como de incidencia acumulada, continúan siendo altas en todo el mundo.
En este sentido, el doctor José Luis Poveda, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe, comenta que "la gestión de los recursos específicos para controlar la presión hospitalaria generada por el COVID-19 ha necesitado de una permanente toma de decisiones. La situación ha sido muy cambiante y ha afectado de modo desigual a los diferentes tipos de pacientes. Ahora bien, liberar recursos hospitalarios cuando es posible instaurando tratamientos para el SARS-CoV-2 que contribuyan por ejemplo a la disminución de la estancia hospitalaria, es una ventana de oportunidad para pacientes COVID -19 y para el resto de los pacientes que el sistema sanitario, sin duda, necesita".
Los expertos han coincidido en que uno de los aprendizajes que hemos adquirido en esta crisis sanitaria es la necesidad de convivencia entre las vacunas y los tratamientos para curar a los pacientes con COVID -19. Así, el doctor Poveda indica que “en estos momentos de pandemia se necesitan ambas estrategias: la preventiva con la vacuna y la disponibilidad de tratamientos para pacientes COVID-19”. Además, el doctor Dueñas comenta que “cuantas más personas tengamos vacunadas menor será el número de pacientes infectados que precisen de tratamiento para la COVID-19. Pero, probablemente, siempre necesitemos de tratamientos antivirales para mejorar el pronóstico de esta infección”.
Justo cuando está a punto de cumplirse un año del comienzo de la crisis sanitaria en nuestro país, los profesionales sanitarios españoles acumulan una mayor experiencia en el manejo del paciente Covid. El doctor Maíz subraya que uno de los grandes aciertos de esta pandemia ha sido “organizar en los hospitales equipos multidisciplinarios (con casi todas las especialidades médicas colaborando estrechamente), bien organizados y bajo una dirección y supervisión constantes”, pero también recuerda que “no hay que olvidar que, aunque estamos viviendo una pandemia que parece que ocupa todo nuestro tiempo y recursos, el resto de los enfermos con otras patologías agudas o crónicas siguen existiendo y no podemos desasistirlos”.
El doctor Dueñas resalta por su parte “la velocidad con la que se están conociendo datos de este virus que ha permitido generar evidencia científica sobre tratamiento y producir vacunas protectoras a gran escala”. Sin embargo, tal y como apunta la doctora Rosario García, “queda mucho por hacer y por descubrir”, a lo que añade que “necesitamos seguir avanzando en los tratamientos, tratamiento antiviral precoz y eficaz que frenen la transmisión y bajos los niveles de contagiosidad, porque es un virus el causante de todo y un virus que ha venido a quedarse y tenemos que combatir contra él”.
Y es que en cuanto a los próximos pasos para combatir el SARS-CoV-2, aún queda camino por recorrer. En este sentido, el doctor Poveda señala que “la respuesta estará en la ciencia y, especialmente, en la investigación del tratamiento de la enfermedad y, sobre todo, el referido a los antivirales. Necesitamos resolver todavía muchas dudas, y esto sólo puede lograrse con investigación. Y en ello estamos”.
El doctor Soriano, por su parte, en relación con la innovación en terapias en estos meses para tratar este virus, señala el ejemplo de la velocidad a la que se ha desarrollado remdesivir como “un hito histórico y que refleja la voluntad de todos los estamentos para acelerar este proceso. Esperamos que siga este camino y pronto podamos disponer de más medicamentos útiles”. “La respuesta a las amenazas pasa por la inversión en investigación básica y clínica”, concluye.