- Tras un año y medio en vigor, la nueva ley concursal se vislumbra más adecuada que las legislaciones precedentes como medida para proteger el tejido empresarial, ya que favorece procesos de reestructuración, que priman la continuidad de la empresa, versus los procesos disolutivos
- El rol del auditor pasa a ser esencial como experto en reestructuración por sus conocimientos contables, financieros y empresariales que pueden garantizar la viabilidad de la empresa
El concurso de acreedores disolutivo parecía ser la única salida para una empresa en crisis, pero la entrada en vigor de la nueva ley concursal, ha modificado el panorama en favor de procesos de reestructuración que permiten analizar la viabilidad de las empresas para seguir adelante.
Ante este contexto, los expertos consideran que es necesario que exista la figura clave del “experto en reestructuración”. Un perfil que debe tener conocimientos especializados multidisciplinares tales como financieros, empresariales, jurídicos y con experiencia en materia de reestructuraciones o que acredite cumplir los requisitos para ser administrador concursal. Y, teniendo en cuenta que para asegurar la viabilidad de una empresa prima el contenido económico, el auditor sería el perfil que mejor respondería a estos requerimientos, por sus conocimientos contables, financieros y empresariales.
Así se ha transmitido en la jornada 'El experto en reestructuraciones, figura clave. Casos de éxito', que ha celebrado esta semana el Col·legi de de Censors Jurats de Comptes de Catalunya (CCJCC) con la presencia de expertos en reestructuración como Ignacio Buil y Javier Sánchez, socios de Cuatrecasas; Alicia Herrador, socia de Augusta Abogados; y Joan Rojas, auditor de LBL Restructuring, SLP.
Conocedores de casos de reestructuración como los Celsa, Telepizza o la papelera J. Vilaseca, en la jornada se han analizado las peculiaridades de cada caso
Conocedores de casos de reestructuración como los Celsa, Telepizza o la papelera J. Vilaseca, en la jornada se han analizado las peculiaridades de cada caso (planes de reestructuración consensuados y no consensuados entre acreedores y deudores) y, a pesar de las diferencias de cada contexto, todos los expertos coinciden en la necesidad de que se trabajen las reestructuraciones con equipos multidisciplinares que incorporen a abogados, auditores e incluso ingenieros que puedan aportar nociones sobre los procesos industriales que deban tenerse en cuenta para garantizar la viabilidad de la empresa.
Tal como señala Joan Vall, presidente del Col·legi de de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, “estamos convencidos del papel que deben jugar los auditores en los procesos de reestructuración y, desde el CCJCC, seguiremos promoviendo foros de conocimiento y formaciones específicas para promover esta figura”.
Auditores
Según señala Raúl Lorente, coordinador de la comisión de reestructuración del CCJCC y socio de LBL Restructuring, SLP, la objetividad del trabajo del auditor es vital para transmitir confianza: “En el ámbito concreto de las tareas de reestructuración, todo el proceso gravita sobre la viabilidad empresarial y si el plan de viabilidad que lo soporta es sólido/razonable, esto es, si dicho documento estratégico puede permitir reconducir la empresa al equilibrio sostenible entre sus magnitudes básicas, y que se recogen en un modelo económico y financiero”, afirma Lorente, quien añade que los auditores pueden aportar esta confianza necesaria a todos los agentes porque la objetividad forma parte de su ADN: “nuestro marcado escepticismo profesional, que nos permite, por ejemplo, analizar proyectos empresariales de futuro y elaborar memorias de sostenibilidad sobre aspectos no financieros de la compañía”.
Una de las grandes preguntas es: ¿Qué servicios puede ofrecer un auditor?
Una de las grandes preguntas es: ¿Qué servicios puede ofrecer un auditor? Lorente indica que el auditor puede estar presente en diferentes estadios, así enumera como principales los siguientes: advirtiendo de situaciones de crisis, esto es, de modo preventivo mediante el asesoramiento con alertas tempranas basadas en indicadores financieros; asistiendo en la reconducción de la empresa, es decir, identificar las causas de la insolvencia y analizar acciones urgentes para conseguir liquidez como una estrategia de contención; en la preparación y asistencia en la elaboración, también (en el caso que sea elaborado por un tercero); en la revisión del Plan de Viabilidad, donde se identifican de forma ordenada las acciones que se consideran oportunas para reconducir la empresa desde el punto de vista económico y financiero; el auditor también está especialmente preparado para la confección de informes de cumplimiento de los planes de viabilidad y, en especial, el de la valoración; por último, el auditor puede actuar como experto reestructurador contemplado en la propia norma concursal, que prevé la emisión de una serie de informes como la evaluación del proyecto de reestructuración o el informe de mayorías (suficiencia de las mayorías requeridas para aprobar el plan de reestructuración).
Lorente concluye que “como colectivo profesional debemos tratar de conseguir la confianza en el mercado para que esta herramienta [nueva ley] permita, como indica la directiva europea sobre reestructuración, que las empresas y los empresarios dispongan de un marco de reestructuración preventiva que les permita mantener la actividad”.