La inflación no golpea a todos los trabajadores por igual. En función de la ciudad o pueblo en el que uno viva, a lo que se dedique o la edad que tenga, la pérdida de poder adquisitivo será diferente. En términos generales los sueldos registran un incremento más moderado que los precios; pero de la misma forma que la subida de precios varía en función del producto y la región, los salarios no crecen de manera uniforme en todas las comunidades, como tampoco lo hacen en todos los sectores o segmentos de edad.

Los mayores de 49 años son los más perjudicados por la inflación. En este segmento de edad apenas habían crecido un 1,9% en septiembre respecto al mismo mes de 2021, según los datos publicados por Caixabank Research, que permite analizar la evolución de los salarios a través de los seis millones de nóminas anonimizadas de sus clientes. Por el contrario, los jóvenes menores de 30 años lideran las subidas, con un repunte medio del 5,8% a cierre de septiembre.

En medio estarían aquellos de entre 30 y 49 años, entre los que los salarios han crecido, de media, un 2,6%. La nómina mensual de cada cliente que analiza Caixabank Research corresponde al total de ingresos salariales netos percibidos durante el mes y, por tanto, los aumentos en la nómina se deben tanto a mejoras salariales como a incrementos de las horas trabajadas.

De esta forma, aunque en términos generales los salarios han variado un 2,4% respecto a hace un año (lejos de la inflación del 7,3% con la que se cerró octubre), según reflejan las nóminas domiciliadas en Caixabank, se percibe una diferencia importante en función de la edad, lo que podría explicarse por el hecho de que generalmente los jóvenes parten de remuneraciones más bajas y peores condiciones laborales, por tanto, el margen de mejora es mayor.

Así lo confirma Josep Mestres, economista sénior de CaixaBank Research y responsable del indicador de salarios del portal de Economía en Tiempo Real. "En todo el período analizado los avances salariales de los jóvenes son superiores a los de adultos y mayores. Este hecho se debe a que los salarios iniciales de los jóvenes a menudo son más bajos, pero al estar al principio de su andadura laboral, también cambian a menudo de trabajo y por eso experimentan mayores incrementos de ingresos entre un año y el siguiente", explica a Vozpópuli.

Por otro lado, Mestres comenta que "los ingresos laborales de los jóvenes fluctúan más con el ciclo económico que los de adultos y mayores, debido a que tienen un mayor variabilidad en el margen intensivo (de horas o de días trabajados cuando trabajan) o extensivo (de entradas y salidas del mercado de trabajo)".

Esto se percibe cuando se analizan los datos de consumo presencial que Caixabank Research también cuantifica a través del gasto presencial y reintegros con tarjetas de crédito y débito emitidas por la entidad bancaria. El consumo de los menores de 30 años ha crecido un 9,2% en septiembre respecto al año anterior, con un repunte inferior en las personas de entre 50 y 64 años (6,9%) y en la categoría de entre 30 y 49 años (4,4%).

En todo caso, el mayor crecimiento del consumo presencial lo han experimentado aquellos de más de 65 años, que gastan un 11% más que hace un año. Los economistas de Caixabank Research explican que esto puede deberse a que "una de las variables que explica el consumo de las familias es la incertidumbre sobre el futuro de la economía y los ingresos salariales y, precisamente, una de las ventajas que tiene un pensionista es que tiene mayor nivel de seguridad sobre la evolución de esos ingresos".

El Gobierno cuenta con revalorizar las pensiones en 2023 tanto como varíe el Índice de Pecios de Consumo (IPC) este año (por tanto, para calcular la subida de las pensiones tendrá en cuenta la media de las variaciones anuales del IPC entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022), lo que anticipa que los pensionistas tienen garantizado un incremento de, aproximadamente, un 8,5%. Esto resultará en un gasto público extraordinario superior a los 15.000 millones, según los cálculos del Banco de España.

Subida salarial por sectores y CCAA

La subida salarial de los trabajadores tampoco es homogénea si se analiza por sectores. Por ejemplo, según los datos de Caixabank Research, la 'mejor' parte se la están llevado hasta ahora los trabajadores de los servicios turísticos, que están recuperando lo perdido por la pandemia y han visto crecer sus salarios un 3,5% respecto a septiembre de 2021. En la industria han repuntado un 2,7%, mientras que en la Agricultura y Servicios no turísticos lo han hecho un 2,3%, y en la Construcción, un 1,6%.

En cuanto al reparto entre sector público y privado, los funcionarios han registrado en septiembre una subida del 2% interanual, la aprobada para este año en los Presupuestos Generales del Estado, mientras que los empleados privados han visto crecer sus salarios algo más, un 3% de media. Por la pérdida de poder adquisitivo sufrida este año, el Gobierno ha aprobado una subida extra a los empleados públicos del 1,5% antes de que acabe el año y con carácter retroactivo a 1 de enero. El próximo año subirá los sueldos entre un 2,5% y un 3,5%, en función de cómo evolucionen los precios y la economía.

Por comunidades, destacan las subidas de los salarios en Baleares (2,9%), Castilla y León (2,7%) y País Vasco (2,7%). Los menores crecimientos en la remuneración de los trabajadores se han localizado en Extremadura (2%) y La Rioja (2%). Sin embargo, por el momento Caixabank no desagrega los datos por provincias, donde se percibirían en mayor medida las desigualdades.

Esta información sí la proporciona la estadística de convenios colectivos que publica mensualmente el Ministerio de Trabajo. Según los últimos datos, en Valencia y Guipúzcoa los trabajadores han firmado hasta septiembre subidas salariales del 5,8% y 6%, respectivamente. Esta realidad contrasta con la que sufren los empleados de una decena de regiones en las que subidas no llegan al 2%: Palencia (1,3%), Burgos (1,4%), Córdoba (1,5%), Guadalajara (1,7%), Zaragoza (1,7%), Tarragona (1,7%), Soria (1,8%), Cuenca (1,8%), Badajoz (1,9%), y Valladolid (1,9%).

Como publicó este periódico, el impacto de la inflación también es dispar según la provincia española en la que se viva. Los dos extremos están en Toledo y Guipúzcoa. En la primera la inflación media (calculada con las variaciones anuales entre enero y septiembre) supera el 11% y los salarios suben un 2%; mientras que en la región vasca la brecha es sólo de dos puntos, con un repunte del 8% en los precios y del 6% en los salarios.