Irán vive una oleada de protestas sin precedentes a lo largo de todo el país y que parece no aminorar. Miles de personas han salido a la calle para enfrentarse a las autoridades y exigir más libertades. La muerte de Mahsa Amimi, una mujer de 22 años arrestada por la policía en Teherán por presuntamente no cubrir su cabello con un hiyab o pañuelo, marcó el inicio de una crisis social que amenaza con el derrocamiento del Estado.
En las últimas semanas, miles de mujeres han desafiado al régimen de la República Islámica saliendo a la calle sin cubrir sus cabezas y quemando sus pañuelos en público. Entre las mujeres que han llenado las portadas de medio mundo por su gesto de valentía se encuentra la escaladora iraní, Elnaz Rekabi, que habría sido detenida después de que este domingo participase sin hiyab en el Campeonato Asiático de su disciplina en Corea del Sur.
Elnaz Rekabi
Dos días después del evento, el paradero real de la deportista iraní sigue sin conocerse. El canal 'BBC' en persa ha informado de que una fuente cercana a la joven aseguraba que no habían podido ponerse en contacto con Rekabi desde el domingo por la noche. Asimismo, este medio adelantó que las autoridades le habían requisado el pasaporte y el teléfono.
La escaladora habría sido trasladada directamente al Aeropuerto Internacional de Jomeini, a pesar de que no tenía previsto viajar de vuelta hasta el miércoles, para llevarla a la prisión de Evin, en Teheran, bajo la orden de la Organización de Inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, según el portal de noticias 'Iran Wire'.
Nika Shakarami
La joven iraní de 16 años, Nika Shakarami, desapareció el pasado 20 de septiembre en Teherán, cuando participaba en una de las marchas desatadas en el país islámico por la muerte de Masha Amini. La familia de la menor denunció que fue detenida por la Policía del régimen por llevar mal el velo en las protestas.
Pasaron diez días sin noticias de Nika, cuando su cadáver apareció en una morgue de Teherán. Según las declaraciones que la tía de la joven dio a la BBC en idioma persa, las autoridades solo les dejaron ver la cara de la joven.
Según declaraciones de su tía al medio persa, sus seres queridos habían accedido a no celebrar un funeral público en la capital iraní, decidiendo en vez transferir el cuerpo de Nika a la ciudad natal de su padre, Khorramabad, en el oeste del país.
En el momento del traslado, celebrado el pasado domingo 2 de octubre, el cuerpo de la joven desapareció. Una fuente cercana a la familia denunció que las fuerzas de seguridad "robaron" el cuerpo de Nika de Khorramabad y lo enterraron en secreto en la aldea de Veysian, a unos 40 kilómetros de distancia.
Masih Alinejad
Otra de las víctimas del régimen iraní es la periodista, Masih Alinejad, que desde el exilio en Estados Unidos se ha convertido en la opositora más feroz del régimen. La activista iraní lleva más de una década denunciando las leyes que obligan a las mujeres a llevar velo y vestir de manera modesta.
Alinejad cuenta con casi 8 millones de seguidores en Instagram y su característica melena de rizos, sin cubrir por un hiyab, se han convertido en un auténtico símbolo de la lucha contra de la represión del régimen. La periodista se ha hecho eco de el sufrimiento de miles de mujeres que siguen en su país y ha estado muy activa desde la muerte de Masha Amini y la posterior desaparición y muerte de Nika Shakarami, durante las protestas.
Mahsa Amini
Mahsa Amini tenía 22 años y viajaba junto a su familia rumbo a la capital iraní, cuando fue detenida por las autoridades del régimen. Los agentes alegaron que la joven llevaba mal el velo y que vestía unos pantalones demasiado apretados, lo que incumple las leyes de código moral impuestas en el país oriental.
La joven murió dos días después de la detención como consecuencia de un ataque al corazón y un ataque cerebral, provocado por un fuerte golpe en la cabeza.
La muerte de Amini desató un estallido social sin precedentes en la República Islámica. Miles de personas se han lanzado a las calles de Teherán y otras ciudades importantes para enfrentarse a las autoridades para exigir más libertades e incluso pedir el fin el derrocamiento del Estado.
Pronto las protestas se han extendido por todo el país y las imágenes de decenas de mujeres desafiando a las autoridades iraníes con sus pañuelos en la mano y la cabeza al descubierto, han dado la vuelta al mundo.