Con la llegada de la jubilación, el ritmo de vida cambia. El trabajo deja de ser una prioridad, y el tiempo de ocio y la libertad para decidir en qué invertirlo pasan al primer plano. Sin embargo, lo que parece un sueño para muchas personas no lo es tanto para otras. En ocasiones, dejar de trabajar puede entrañar más consecuencias negativas que positivas, algo que hace que los pensionistas contemplen distintas opciones y den un giro a su estilo de vida.
Desde hace años, la jubilación es uno de los problemas que más ha preocupado a la población. Tras la bajada de la hucha de pensiones y el aumento progresivo de la edad de jubilación, además de las reducidas cuantías -sobre todo para algunos sectores, como los trabajadores autónomos-, muchos dudan incluso de poder disfrutar de una pensión. Actualmente, la edad de jubilación se encuentra en 66,6 años, aunque se espera que para 2027 la edad haya ascendido a los 67 años.
Solo el 5% de los pensionistas
Tras jubilarse, solo un 5% de los pensionistas -de entre 50 y 74 años- decide continuar trabajado durante los primeros seis meses de su retiro. Esto recibe el nombre de jubilación activa. Consiste en compatibilizar el cobro de la pensión de jubilación con el desarrollo de una actividad laboral. Lo curioso radica en el por qué de esta decisión: los motivos cambian entre hombres y mujeres.
Según datos de la encuesta de población activa (EPA) del año 2023, el por qué del que los mayores toman esta decisión es claro: el 18,8% tienen la necesidad de obtener ingresos adicionales. Mientras, la segunda motivación cambia según el género. En el caso de los hombres, destaca que les "gustaba trabajar y ser productivo". Mientras, las mujeres vuelven a apuntar a los ingresos adicionales.
Prevalece la jubilación pública
A pesar de la preocupación por el estado de las pensiones públicas, la situación parece no haber hecho mella: aun prevalece la jubilación pública frente a los planes de pensiones privados, y por mucha diferencia. Según estos datos, el 89,6 % de las personas que percibieron al menos una pensión de jubilación -nueve de cada diez personas- la recibió únicamente del sistema público.
Además de estos datos, la encuesta de población activa habla de un notable desequilibrio en la jubilación activa. Los hombres continúan trabajando hasta una mayor edad que las mujeres. Concretamente, 126.200 trabajadores masculinos frente a 58.700 del género femenino -de una muestra que analiza a 15,7 millones de personas-.
