El Tribunal Supremo ha resuelto que el proceso de nombramiento de presidente de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) debe repetirse. Un proceso que fue suspendido porque PSOE y PP pactaron la presidenta. Decidieron que Belén Cardona (PSOE) sería la presidenta, mientras Borja Adsuara (PP), sería el adjunto a la presidenta.
Varios de los candidatos a los puestos fueron quienes denunciaron que el proceso estaba viciado, y ha sido precisamente la denuncia de uno de ellos, Leonardo Cervera Navas -ligado a Ciudadanos-, la que ha provocado el pronunciamiento del Tribunal Supremo.
"Es normal que este tipo de cargos sea pactado entre los partidos con más votos, lo que no es normal es que se hiciera público, y menos que lo hicieran los propios partidos interesados", explican fuentes del sector de la Protección de Datos a Vozpópuli.
La ley establece que para el nombramiento del cargo debe lanzarse antes una convocatoria en el Boletín Oficial del Estado (BOE), algo que no se hizo. "La ley establece la obligatoriedad de publicar en el Boletín Oficial del Estado una convocatoria pública de aquellos perfiles que sean candidatos a optar al puesto designado, en este caso el correspondiente a la dirección de la Agencia Española de Protección de Datos", aseguran las mismas fuentes. Un hecho que no se produjo.
Cuatro años sin presidente en Protección de Datos
El proceso para nombrar nuevo presidente tiene una duración, como mínimo de unos seis meses, por lo cual "es lógico pensar que la Agencia Española de Protección de Datos va a estar cuatro años sin nombrar presidente", aseguran abogados especializados en la materia a este diario.
En junio de 2019 fue cuando se debería haber nombrado el nuevo responsable de la AEPD, cuya presidencia tiene una duración de cinco años. "El mandato de la Presidencia y del Adjunto de la Agencia tiene una duración de cinco años y puede ser renovado para otro período de igual duración", explica Protección de Datos en su página web, en la que aún aparece como responsable del cargo Mar España Martí, quien lo debería haber abandonado en 2019.