Pescanova ha convocado junta extraordinaria de accionistas el próximo 21 de marzo para someter de nuevo a votación la posición de la empresa ante la ampliación de capital puesta en marcha por Nueva Pescanova. El enfrentamiento que hasta ahora mantenían las dos empresas ha derivado en una batalla a tres bandas ya que el primer accionista de la vieja Pescanova, el fondo Broadbill Investment Partners, se ha distanciado de las tesis del consejo de administración.
Aunque el pasado mes de septiembre los accionistas de Pescanova votaron a favor de oponerse a la ampliación -que supondría que su participación del 20% en Nueva Pescanova se diluiría hasta el 2%-, Pescanova considera ahora que es precisa una nueva votación dado que Broadbill ha aumentado su capital en la compañía hasta el 11,65%, y porque en la anterior junta el fondo estadounidense votó en contra de la mayoría a la hora de valorar la ampliación de Nueva Pescanova. La vieja Pescanova pretende impugnar la ampliación de capital y lograr en la junta de marzo el apoyo necesario de sus accionistas.
Pescanova destacó ayer en un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que la propuesta de ampliación de capital de Nueva Pescanova "no contempla inyección de tesorería alguna". La vieja Pescanova explicó que propone impugnar en los tribunales la ampliación de capital con base en la improcedencia de los deterioros realizados en los activos de Nueva Pescanova por importe de 151 millones de euros. Esos deterioros han permitido, afirma Pescanova, dejar sin fondos propios a Nueva Pescanova justificando así que los acreedores -los bancos que ahora son propietarios del 80% de la compañía- puedan proponer la ampliación de capital.
El resultado de la junta de marzo de Pescanova es ahora incierto por el aumento en el capital de la empresa del fondo Broadbill
La empresa admitió en el mismo comunicado que en el caso de perder esta demanda y otra reclamación para que Nueva Pescanova anule un crédito de 320 millones de euros, podría entrar en concurso de acreedores. "Si se perdiera, por lo tanto, cualquiera de las dos acciones, Pescanova podría verse obligada a enajenar una parte o la totalidad de la participación diluida en NPVA, para poder atender esas costas y con el riesgo añadido de que su valor a la fecha de venta fuera insuficiente para atender el pago de la eventual condena en costas, lo que podría situar a PVA en un estado de insolvencia", advirtió Pescanova.
Pescanova calcula que la condena en costas podría suponer un importe de 0,8 millones para el caso de la reclamación de nulidad del crédito súpersenior, y de 0,4 millones por la impugnación de la ampliación de capital. La cantidad total sería seguramente superior, estima la empresa, en caso de recursos de apelación y casación, y más aún si las demandas tuvieran que presentarse también contra filiales. Además, los procesos podrían durar años si los recursos llegaran al Tribunal Supremo. Pescanova afirma que sus asesores legales opinan que los dos procedimientos "tienen buenas bases legales para prosperar", pero señala que las resoluciones judiciales "comportan un grado alto de incertidumbre".
La condena en costas podría suponer un importe de 0,8 millones para el caso de la reclamación de nulidad del crédito súpersenior
A las dudas admitidas por Pescanova sobre el resultado de las demandas se suman ahora las que planean sobre la próxima junta de marzo. Si bien en septiembre el consejo de administración de la compañía consiguió sacar adelante sus propuestas enfrentadas con las de Broadbill, ahora la mayor presencia en el capital de Pescanova del fondo estadounidense podría hacer variar el resultado final. De acuerdo a las fuentes consultadas, Broadbill contaría también con el apoyo del expresidente de Pescanova, Manuel Fernández Sousa, y podría lograr distintos apoyos durante el próximo mes.
Si en la junta de marzo de Pescanova, el fondo estadounidense consigue imponerse, la compañía no impugnaría la ampliación de capital de Nueva Pescanova y su participación en la empresa se diluiría al 2%. En todo caso, si no lo lograra, explican fuentes cercanas al grupo gallego, Nueva Pescanova podría continuar con la ampliación de capital a pesar de que Pescanova acudiera a un juzgado para impugnar la medida. "Habría que ver si un juez estaría dispuesto a paralizar una ampliación de capital sólo con la presentación de una impugnación", comentaron.