La Policía Nacional ha detenido al grupo criminal que secuestró y robó en su domicilio de Madrid al fundador de Tuenti, Zaryn Dentzel. Casi un año después los investigadores han arrestado a cuatro personas, tres hombres, dos marroquíes y un colombiano, y una mujer, de origen brasileño, como presuntos responsables de estos hechos, según han informado a Vozpópuli fuentes policiales. Eran dos parejas que acordaron el asalto pero no se conocían personalmente. Buscaban 25 millones de euros en criptomonedas.
A los arrestados se les acusa de secuestro, robo con violencia e intimidación, lesiones, coacciones, amenazas y estafa. Se han practicado cinco registros en Alcobendas, Getafe y Leganés durante la noche del miércoles 19 al jueves 20. En estos puntos, los agentes han incautado la pistola eléctrica y las armas blancas con las que cometieron el asalto. También han localizado objetos pertenecientes al empresario americano como una de sus maletas.
Buscaban 25 millones en criptomonedas
Su finalidad era hacerse con las claves de su acceso privado al monedero digital el cual contenía más de 25 millones de euros. Ya que no consiguieron entrar al mismo, sustrajeron objetos del domicilio como tarjetas bancarias y relojes de lujo de su caja fuerte.
Los agentes averiguaron que este grupo criminal disponía de amplia información sobre la víctima y sus hábitos para así planear minuciosamente el asalto. Además, los presuntos autores se dividieron la tareas tales como el acceso a la vivienda, el asalto, la custodia de las víctimas, las agresiones y amenazas e incluso la salida del domicilio.
Dos parejas sin vinculaciones anteriores
Tras una larga y compleja investigación y tras meses de recopilación de datos, los agentes consiguieron identificar a los cuatro integrantes del grupo criminal. Las dos parejas, el colombiano y la brasileña y los dos marroquíes no se conocían personalmente. Eso no fue problema para concertar el asalto. Esta circunstancia hizo más difícil la investigación de la Policía Nacional, que no encontró vínculo entre los dos grupos. Se pusieron cara los cuatro momentos antes del robo.
Además, la mujer, presunta autora, se trasladó a Reino Unido y por tal motivo se solicitó colaboración a los servicios británicos que mantuvieron informados a los agentes de su localización en todo momento. Cuando regresó a España, los investigadores prepararon un operativo que culminó con la detención de estos cuatro individuos. Además se incautaron entre otros objetos, las maletas de la víctima. A este neceser le habían quitado los emblemas de Tuenti que portaba. Tras su paso a disposición judicial, ya han ingresado en prisión.
Sacaron 2.000 euros de las tarjetas del fundador de Tuenti
Zaryn Dentzel denunció que el 2 de noviembre de 2021 fue asaltado en su casa, en la calle Ruiz Alarcón de Madrid, por un grupo de personas que le amordazaron y le robaron algunas de sus pertenencias. En un principio dijo que le había torturado pero solo tenía una pequeña herida en el pecho. Una vez en el interior, los miembros de este grupo maniataron al fundador de Tuenti y a un empleado de mantenimiento al que rociaron en los ojos con un espray pimienta y separaron del propietario, verdadero objetivo del asalto.
Además, registraron la casa consiguiendo tarjetas bancarias, relojes de lujo y dos maletas de aluminio donde metieron los objetos robados. Tras limpiar huellas, incluso rociando a las víctimas con productos de limpieza, salieron separadamente del domicilio al que habían accedido durante el tiempo en el que el conserje se ausentaba para comer. Una vez finalizado el asalto, la mujer integrante del grupo criminal, consiguió extraer de las tarjetas bancarias unos 2.000 euros.
Una noche de fiesta con prostitutas
A pesar de ello, el fundador de Tuenti cayó en discordancias en las varias declaraciones que ha prestado en la Jefatura Superior de Policía Nacional. Acudió un día después a denunciar a estas dependencias policiales.
La investigación ha dilucidado que el empresario californiano llevaba varios días de fiesta. Contrató el servicio de más de una treintena de prostitutas y también adquirió sustancias estupefacientes. Una fiesta que acabó, en principio, el martes por la mañana.
Sin embargo, Dentzel volvió a ponerse en contacto con una de las chicas de compañía para que regresara a su casa. Cuando abrió la puerta a esta joven, tres hombres encapuchados accedieron al domicilio. Según el testimonio del fundador de Tuenti los ladrones tenían acento del este de Europa y se llamaban por números. Además aportó datos de una extrema violencia en el suceso.
Torturas y lesiones
En ese momento, el fundador de la red social se encontraba acompañado por un empleado del hogar, de 40 años, que vivió la escena y también testificó ante los agentes de la Policía Nacional. Se vivieron imágenes de desconcierto y tensión con el empresario californiano.
Dentzel dijo a los agentes que estuvieron torturándole durante horas para que confesara las claves de sus cuentas de criptomonedas. Esa tortura fue al principio con un arma blanca y con una pistola táser. A pesar de ello, el empresario solo tenía un pequeño rasguño en el pecho, cuando fue atendido el creador de Tuenti por los sanitarios de los servicios de emergencias.
Esa primera denuncia antes los agentes fue modificada a las pocas horas. En su segundo testimonio dijo que no le habían robado las criptomonedas y que tampoco habían empleado una pistola táser. Confesó que le sustrajeron objetos personales y 4.000 euros en efectivo.
Un año alejado de las redes sociales
Zaryn Dentzel creó la red social Tuenti en 2006 y cuatro años después Telefónica compró el 85 % de su capital por 70 millones de euros. Cerró en 2016, si bien el empresario mantuvo su residencia en España, donde llegó en 1998 por un intercambio de estudios.
A pesar de ser el fundador de una red social el empresario dejó de lado hace tiempo sus perfiles virtuales. Su último tuit data del 8 de junio de 2021 y tampoco es activo en Instagram. Su última foto, disfrutando de un paseo en helicóptero, es del 6 de agosto del año pasado. Vozpópuli intentó ponerse en contacto con él pero no ha recibido respuesta.
