Una de las noches más mágicas del año se celebra frente a una hoguera la noche del próximo 23 de junio. ¿Quieres saber por qué se celebra la Noche de San Juan?
Origen y motivo de la Noche de San Juan
Dicen que un 24 de junio, justo seis meses antes del nacimiento de Jesucristo, vino al mundo San Juan Bautista, si bien los científicos se inclinan más por el origen pagano directamente relacionado con la famosa Noche de San Juan que tiene lugar del 23 al 24 de junio, la noche más corta del año, si bien los expertos indican que ésta tiene lugar del 20 al 21 de junio.
En la Antigüedad, eran muchas las culturas que rendían tributo al solsticio de verano, momento del año a partir del cual el sol dura menos en el cielo hasta alcanzar el solsticio de invierno. Para avivar su calor, se erigen las llamadas hogueras de San Juan en diferentes lugares del mundo.
Durante esta noche, países como Portugal, Cuba o especialmente España, se acercan a una hoguera, se bañan en ríos o playas y aprovechan para festejar el día más largo del año entre cenas y bebidas, especialmente en zonas cercanas al mar.
En el caso de nuestro país, algunas de las celebraciones más famosas durante la Noche de San Juan tienen lugar en Tenerife, donde se lleva a un santo hasta un lugar del mar en la Punta de San Hidalgo. La fiesta isleña es conocida como San Juanito. En otros lugares de interior, como Aragón, se tiende a bañarse en los ríos a la luz de la luna y volver al calor de la hoguera.
Pero si existe una ciudad que ha sabido sacarle partido a la Noche de San Juan esa es Alicante. A partir del día 20 de junio, con la famosa Plantá, comienza una sucesión de fiestas y desfiles entre los famosos ninots. Monumentos efímeros que arderán en el fuego la noche del 24 al 25 de junio durante la famosa Cremá, en la cual el público puede mojarse mientras las también conocidas como Fogueres de Sant Joan se consumen hasta el próximo año.
La celebración de la Noche de San Juan continúa siendo debatida por expertos que alejan el motivo de la fiesta religiosa de la pagana, ambas separadas por tres días.
Una diferencia que mucha gente obvia para lanzarse a por la leña que cimentará la gran hoguera del verano.
