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El PP no “regalará” su voto para que Imanol Pradales sea lendakari si PNV y PSOE suman más diputados que Bildu

Se siente dolido tanto con los peneuvistas, tras haberles facilitado la Diputación de Guipúzcoa, como con los socialistas por entregar Pamplona a Bildu después de darles la Alcaldía de Vitoria

El PP no está dispuesto a “regalar” su apoyo para que el candidato peneuvista Imanol Pradales sea investido lendakari, si no es estrictamente necesario para impedir que Bildu gobierne el País Vasco; es decir, el PP se abstendrá y no votará a favor si PNV y PSE suman juntos más diputados que la formación abertzale en estas próximas elecciones autonómicas, que podrían adelantarse al 17 de marzo.

“Lo previsible es que PNV y PSE sumen más que Bildu, pero si eso no ocurre, si no suman, el PNV tendrá que pedirnos apoyo y formalizar un acuerdo para negociar qué políticas apoyamos”, avisan fuentes populares vascas en conversación con Vozpópuli. No apoyarán gratis a Pradales como hicieron hace seis meses, después de las elecciones locales del 28 de mayo, a fin de impedir que los abertzales se hicieran con la Alcaldía de Vitoria -que ganó finalmente Maider Etxeberría (PSE)-, y la Diputación de Guipúzcoa, donde resultó elegida diputada general Eider Mendoza (PNV).

El Reglamento del Parlamento Vasco es muy singular a éste respecto. A diferencia de otros, contempla una investidura con más de un candidato a lendakari y en ninguna de las dos votaciones se puede votar no; solo sí o abstención. Por eso, se da prácticamente por hecho que PNV y PSE sumarán más votos en la investidura a favor del peneuvista Pradales aunque el candidato a lendakari de Bildu, Peio Otxandiano, resulte el más votado dentro de cuatro meses, algo que los sondeos no descartan.

La diferencia es que hace ocho años Urkullu ganó y esta vez el PNV de Pradales puede quedar segundo frente a Otxandiano, el candidato aupado por Arnaldo Otegi; Un Otegi que, tras la maniobra del PSOE quitándole a UPN la Alcaldía de Pamplona para dársela a Joseba Asirón, ya ve factible que se acabe eligiendo un lendakari de Bildu; algo impensable hace sólo unos años.

Ya ocurrió tras las elecciones de 2016, cuando el hoy lendakari saliente, Íñigo Urkullu, fue reelegido lendakari frente a la entonces candidata de Bildu, Maddalen Iriarte, sumando los votos de los diputados peneuvistas y los de los socialistas y la abstención de los 18 diputados que apoyaron a Iriarte y la de los diputados del PP.

La diferencia es que hace ocho años Urkullu ganó y esta vez el PNV de la mano de Pradales puede quedar segundo frente a Otxandiano, el candidato aupado por Arnaldo Otegi; Un Otegi que, después de la maniobra del PSOE quitándole a Unión del Pueblo Navarro (UPN) la Alcaldía de Pamplona para dársela a Joseba Asirón, ya ve factible que los socialistas acaben eligiendo un lendakari de Bildu; algo impensable hace sólo unos años.

Y el PP no quiere estar ahí para “apuntalar” sin coste a Imanol Pradales, en caso de que éste no sume 38 escaños con el PSE -mayoría absoluta-; sobre todo porque luego, inevitablemente, el PNV se va a ver obligado a contar con ellos para sacar adelante los presupuestos autonómicos, no sólo los del Ayuntamiento vitoriano y la Diputación de Guipúzcoa.

La actual dirección del PP vasco, que encabeza Javier de Andrés, entiende la maniobra de su antecesor, Carlos Iturgáiz, y Feijóo hace seis meses para impedir la llegada de Bildu a la Alcaldía de Vitoria y a la Diputación General de Guipúzcoa, “pero el escenario ha cambiado” de cara a estas autonómicas, señalan las fuentes consultadas.

La actual dirección del PP vasco, que encabeza Javier de Andrés, ex presidente de la Diputación de Álava y candidato a lendakari, entiende la maniobra de Alberto Núñez Feijóo y de su antecesor, Carlos Iturgáiz, hace seis meses para impedir la llegada de Bildu a la Alcaldía de Vitoria y a la Diputación General de Guipúzcoa, “pero el escenario ha cambiado” de cara a estas autonómicas, señalan las fuentes consultadas.

El PP va a potenciar en esta campaña el eje izquierda/derecha para compensar la hegemonía del pensamiento nacionalista y de izquierda que domina la política vasca desde hace cuarenta años por influencia del terrorismo de ETA y todo lo que la rodeaba; ese pensamiento, creen sus actuales dirigentes, ha empujado al PNV a crear una sociedad de voto clientelar, que no crece ni demográfica ni económicamente hace décadas y que en 50% vive del erario público, bien sea como funcionario, trabajador de empresa subvencionada por el Gobierno autonómico y las diputaciones, o pensionista.

“Complicado” para el PP

Al envejecimiento y la baja natalidad se une una caída de la aportación al PIB español, que era del 7% cuando en 1980 se negociaron el cupo y el concierto, y que ahora no llega al 6%. Y eso, en medio de un ambiente enrarecido por huelgas -la mitad de las que se convocan en todo el país- y manifestaciones de todo tipo, incluidas las de los jubilados vascos en defensa de su pensión, pese a que son quienes las cobran más altas en todo el Estado.

El panorama es “complicado” pero no solo para el PP; es complicado para todo aquel que quiera hacer un discurso liberal y emprendedor dirigido a clases medias muy golpeadas por la crisis y los autónomos, tradicionalmente su base social. Además, reconocen las fuentes consultadas por Vozpópuli, aunque el PP va a subir de sus actuales seis diputados a 8 o 9, las dificultades que está atravesando el PNV puede hacer que un tipo de votante de centro-derecha que comparten ambas formaciones acabe votando directamente a Imanol Pradales para evitar el triunfo de Bildu.

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