La salida de Reino Unido de la Unión Europea no significará la salida de los británicos de Europa, sino solamente volver a tomar el control de su economía. Así lo expresó Lord Price, secretario de estado de Comercio de Reino Unido, durante un desayuno organizado esta mañana por Vozpópuli y Executive Fórum, en colaboración con Ferrovial.
“Vamos a estudiar la regulaciones de la UE y nos quedaremos con aquellas que funcionan para la economía británica”, explicó Lord Price en su intervención. Europa, que aglutina el 40% de las exportaciones de Reino Unido, es uno de los principales socios comerciales de Reino Unido, y la intención a la hora de abordar las negociaciones de salida del club comunitario es que los flujos de inversión no solo se mantengan sino que se puedan incrementar.
El control de la inmigración, el mantenimiento de la soberanía parlamentaria y judicial y una relación comercial más global, no solo con los países de la UE, serán los factores más determinantes, según Lord Price, a la hora de entablar las negociaciones con sus socios comunitarios. Con el Brexit, “la decisión fue retomar el control de nuestra economía”, aseguró Lord Price, quien recordó las fuertes raíces históricas de los británicos en la defensa del libre comercio. “Nos vamos de la Unión Europea, pero no nos vamos de Europa”, subrayó.
El secretario de estado de Comercio de Reino Unido mostró su interés en que el proceso de negociación no se plantee como un Brexit duro ni blando, ni como una vuelta al proteccionismo, un temor de numerosos sectores empresariales. Para Lord Price, no tendría sentido, por ejemplo, que se pusieran aranceles a los fabricantes ingleses de motores que después van a utilizar las compañías automovilísticas para montar los coches en otros países de la Unión Europea.
Vamos a estudiar las regulaciones de la Unión Europea y nos quedaremos con aquellas que funcionan para la economía británica”
“Queremos la menor perturbación en nuestros socios europeos” y seguir ofreciendo “continuidad y confianza” en las inversiones, aseguró Lord Price, aunque matizó que el Brexit no significa replicar las estructuras de la Unión Europea, en política económica y comercial, sino una “transición hacia un modelo británico que proteja los intereses de Reino Unido”.
“Los inversores globales ven que Reino Unido está abierto a los negocios”, afirmó Lord Price, quien no cree que la City vaya a perder su condición de centro financiero internacional como consecuencia de la salida de la UE, gracias a las facilidades legales e impositivas que ofrece a las empresas.
Relación con España
Sobre el futuro de la relación con España, Lord Price aseguró que esperan mantener la buena relación comercial entre ambos países, que en la actualidad asciende a más de 47.000 millones de euros. España es uno de los primeros mercados para los bienes y servicios británicos y el quinto receptor de la Unión Europea en inversión de Reino Unido, según los datos que ofreció el secretario de estado británico. Además, Reino Unido es el primer lugar de origen de los turistas que visitan España, que solamente durante el mes de julio fueron nueve millones de británicos, razones por las que Lord Price espera que se mantengan y se estrechen estos lazos.
En cualquier caso, la intención del gobierno británico pasa por estrechar lazos comerciales con el resto de sus socios no europeos para fomentar el libre comercio, una de las señas de identidad de Reino Unido. Lord Price mencionó los beneficios que genera en los países la apertura económica y comercial, y puso de ejemplo el “milagro español” de las últimas décadas o el desarrollo de Corea del Sur frente a su vecino del Norte para evidenciarlo.
Frente a los que temen que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ayude a extender las ideas proteccionistas, Lord Price aseguró que finalmente se impondrá el pragmatismo. “Trump es un hombre de negocios y será práctico. En lugar de pensar en lo que puede pasar, hay que esperar a ver qué hace. Creo que actuará de una forma pausada, y tendrá el apoyo de asesores con experiencia que le ayudarán a tomar decisiones”, señaló.
El secretario de estado británico también apuntó la paradoja de que en los países desarrollados se esté planteando el debate sobre los efectos de la globalización mientras que otros, como los que pertenecía a la órbita de la antigua URSS se pida mayor libertad económica para facilitar los flujos de inversión.