Repsol quiere dejar de ser una petrolera y ser reconocida como “multienergética”. Un camino complejo y caro para el que ha decidido ir de la mano de socios. Sólo en 2022, la compañía ha ingresado cerca de 6.000 millones de euros en venta a fondos de inversión de participaciones tanto en filiales como en activos. Nuevo dinero que le permite financiar su senda verde y protegerse en tiempos donde la regulación le amenaza con continuos ‘hachazos’.
El acuerdo que ha alcanzado la compañía que dirige Josu Jon Imaz para vender por 4.800 millones el 25% de su negocio de producción y exploración al fondo estadounidense EIG muestra esta idea. Un acuerdo que se ha anunciado en una misma jornada en la que Bruselas proponía a España y al resto de países miembros reclamar una “una contribución solidaria” a las compañías energéticas que operan con combustibles fósiles.
Las dos realidades a las que se enfrenta Repsol. La compañía destacaba este lunes que esta operación representa un "nuevo hito" en el Plan Estratégico 2021-2025 que posiciona a Repsol para jugar "un papel de liderazgo" en la transición energética y en línea con su objetivo de cero emisiones netas en 2050.
Ese mismo día, Imaz estaba defendiendo en en el VII Foro de Energía organizado por elEconomista que ‘el impuesto a los beneficios extraordinarios de las energéticas’ que prepara el Gobierno es “una triple mentira”. El directivo ha matizado que “no es un impuesto”, sino “una prestación patrimonial”, que se califica así para evitar que sea un gravamen ilegal al tener doble imposición. El segundo concepto que ha recordado es que no es sobre beneficios, sino sobre las ventas. Por último, el consejero delegado de Repsol ve una tercera "mentira" en la medida en que no es sobre un elemento extraordinario.
Repsol ha matizado en su informe a la CNMV que los 4.800 millones de la venta a EIG se destinarán para invertir “en la transición energética”. Aunque la compañía también optimizará su estructura de deuda, fortalecerá el balance, mientras busca nuevas oportunidades alineadas con la transformación ‘verde’ que tiene entre manos.
Repsol suma otro 1.000 millones
El acuerdo con EIG llega tres meses después de abrir la puerta a nuevos socios en su filial de renovables. En concreto, Repsol vendió otro 25% de su filial por 905 millones de euros, En este caso, los nuevos compañeros de viaje de la energéticos fuero el consorcio formado por la aseguradora francesa Crédit Agricole Assurances y fondos gestionados por Energy Infrastructure Partners (EIP).
Repsol Renovables, filial creada hace poco más de tres años, pretende con esta sociedad alcanzar los 6 gigavatios (GW) de capacidad de generación renovable instalada en 2025 y pisar nuevos países con tecnologías complementarias como la eólica marina.
Una gran operación que casa con el acuerdo en el mes de marzo para entregar el 49% de la participación del proyecto fotovoltaico Valdesolar (Badajoz) a The Renewables Infrastructure Group (TRIG) por 117 millones de euros. Y que también está en línea el anuncio en el mes de noviembre de vender el 49% del parque eólico Delta a Pontegadea por 245 millones de euros. En total, 6.000 millones de euros de ingresos extra para afrontar los nuevos tiempos.