Un sacerdote y una monja han sido apuñalados este domingo en la iglesia de Saint-Pierre-d'Arène de la ciudad francesa de Niza. Ambos han tenido que ser atendidos por los servicios de emergencia. Un sospechoso se abalanzó sobre el sacerdote y lo apuñaló una veintena de veces sobre las 10.00 horas, poco antes de la misa dominical, cuando una decena de personas estaban ya dentro del templo.
Una monja de 72 años, Marie-Claude, intentó desarmar al agresor y ha resultado herida en una mano. El religioso es Krzyzstof Rudzinski, de 57 años y de origen polaco, según 'Le Point'. Ambos han sido trasladados a un hospital tras recibir las atenciones de emergencia de los bomberos, pero sus vidas no corren peligro.
Según este periódico, el hombre gritó "Debemos matar a Macron" al entrar a la iglesia, justo antes de actuar. Este domingo se celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, que enfrenta al actual mandatario, Emmanuel Macron, y a Marine Le Pen.
El sospechoso intentó huir, informa el periódico 'Nice Matin', que apunta que el sistema de alerta instalado en las iglesias funcionó correctamente y enseguida se presentaron agentes municipales y nacionales para detener al agresor, identificado como Kévin R.
"El agresor salió por la entrada, dio una vuelta a la iglesia, perseguido por los agentes. Luego volvió a entrar en la iglesia por detrás. Los agentes le advirtieron y el sospechoso finalmente arrojó el cuchillo en el suelo, se arrodilló y fue arrestado", ha explicado una fuente policial a 'Nice Matin'. Se trata de un hombre de nacionalidad francesa nacido en 1991 en Fréjus y no tenía antecedentes penales, según ha explicado el prefecto, Bernard González.
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, ha afirmado que el atacante era un "desequilibrado", ya que ha estado ingresado en varias ocasiones en el ala de psiquiatría del Hospital Sainte-Marie. Estrosi ha explicado además que el padre del atacante se ha presentado en el lugar nada más saber de lo ocurrido para ponerse a disposición de la investigación.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha enviado un mensaje tranquilizador ha informado de que el pronóstico de las dos víctimas no es grave. "Mi solidaridad con los feligreses y mi agradecimiento a la policía, que rápidamente detuvo al autor", ha explicado Darmanin.