En el banquillo del juicio Gürtel se sientan cinco esposas junto a sus maridos y la primera de ellas ha iniciado este miércoles a declarar. Se trata de María del Carmen Rodríguez Quijano, casada y ahora separada de Francisco Correa, y para la que la Fiscalía Anticorrupción le pide 35 años y siete meses de rision por una decena de delitos. Una alta pena que en sus respuestas ha intentado esquivar haciéndose 'una infanta'. Es decir, asegurando al Tribunal que si su firma aparece en algún documento de las empresas de la trama es porque se lo pidió su esposo y "confiaba" en él. Todo ello aliñado con una buena ración de "no me acuerdo", "lo desconozco" y "no tengo ni idea". Tan pocas cosas sabía y recordaba que incluso le costó trabajo detallar cuándo nació su hija y las fechas de su propia baja de maternidad. En el banquillo, su marido no paraba de mesarser los cabellos y hacer gestos de desaprobación a lo que estaba oyendo.
Desde el inicio del testimonio, Rodríguez Quijano ha dejado claro que su principal parapeto de defensa iba a ser 'Don Vito', aunque fuera incapaz de recordar cuando dejaron de convivir y en qué año se separaron legalmente. Así, ha asegurado que era él quién le pagaba todos los gastos, desde el teléfono móvil hasta los viajes que hacía, sin olvidar el sueldo de la asistenta, de la que, por supuesto, desconocía si se la tenia regularizada ante la Seguridad Social. También a su marido, el todopoderoso 'Don Vito', achacó el hechó de que su nombre figurase como administradora de empresas claves de la trama como Pasadena Viajes y Special Events. Él se lo pedía y ella lo hacía. "No le di mayor importancia. En ese momento no sabía todo lo que puede conllevar. Confiaba en mi marido", ha asegurado antes de reducir su papel en dichas sociedades a estampar su rúbrica en el libro de actas. "A mi me llamaba mi marido, yo bajaba y firmaba y ya está", ha dicho al más puro estilo 'caso Nóos'.
Tan alejada ha querido presentarse de las actividades de su marido como de sus amistades, a la mayoría de los cuales conocía "de vista". A veces, sólo de haber coincidido en una aburrida cena, como a Luis Bárcenas y otra de las 'señoras de Gürtel', Rosalía Iglesias. Por no ser amiga ni lo era de los hombres de confianza de 'Don Vito' en la trama, Pablo Crespo y Álvaro Pérez, 'El Bigotes', a los que veía por allí de vez en cuando, pero ni sabía a qué se dedicaban ni cuáles eran sus cargos. "No tenía trato con ellos". Al fin y al cabo, insistió una y otra vez que desconocía como funcionaban las empresas y quiénes eran sus trabajadores". Claro, que el tiempo lo cura todo, sobre todo cuando hay un sumario de por medio. "Ahora sé muchas cosas que antes no sabía", ha llegado a reconocer.
Los 'papeles' de su casa
Más apuros ha tenido Rodríguez Quijano para esquivar su responsabilidad cuando la Fiscalía Anticorrupción le ha interrogado por sus actividades como jefa de gabinete del entonces alcalde de Majadahonda, el también procesado Guillermo Ortega. En este caso, ni su afirmación de que "no se nada, de nada, de nada de procedimiento administrativo" ha impedido que saliera malparada de la lluvia de documentos que se le ha mostrado y que iban desde facturas con su firmas a notas sobre la estrategia que debía seguir el entonces alcalde tras su defenestración por el Ayuntamiento. Muchos de ellos, además fueron encontrados en su domicilio durante los registros policiales.Ante ello, se ha limitado a decir que esos comprometedores papeles "no los he visto en mi vida". Antes ya había asegurado que no se enteraba muy bien de la bronca en el seno del PP que le había terminado costando el puesto a su jefe, Guillermo Ortega", ya que "la jerarquía del partido no la tenía muy dominada". Con tanto despiste ha parecido hasta 'lógico' que ni se diera cuenta que desde su departamento de comunicación en el ayuntam se tuviera por costumbre contratar con las empresas de su marido. "Era un poco lío para mí", ha esgrimido
Tanta ignorancia ha querido mostrar en algunos momentos que además de imitar a la infanta Cristina, también ha tomado como ejemplo a una de sus compañeras de banquillo, Ana Mato, otra 'señora de Gürtel', en este caso del exalcalde Jesús Sepulveda. Ha sido cuando le han preguntado por la flota de coches que manejaba la Gürtel, algunos de los cuales aparecía a su nombre aunque, ella ha insistido, "no los utilizaba". De hecho, como la exministra de Sanidad con el célebre Jaguar, de alguno sólo supo de su existencia porque lo vio en el garaje de casa y que dejaba de estar a su nombre porque desaparecían del mismo. Por supuesto, ella nunca preguntó a su marido por ello. Ni siquiera por el célebre Minis Cooper que ya acumula más de 120 multas y que, aseguró, se ha convertido en "un quebradero de cabeza" para ella. Casi tanto como en el que se estaba convirtiendo su declaración para 'Don Vito', quien sentado en el banquillo no dejaba de mesarse los cabellos y negar con la cabeza. La primera de las cinco 'señoras de Gürtel' ya ha pasado por el banquillo y ha marcado como estrategia a seguir el 'método infanta'