Ciudadanos es el partido que experimenta la subida más destacada en intención de voto en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), conocido este martes y correspondiente al mes de abril. La organización de Albert Rivera obtiene un respaldo del 14.9% y crece 2,5 puntos con respecto a enero. Un incremento que es superior a la caída que registran los populares, que se dejan 1,5 puntos desde el anterior estudio.
Por ello, la pregunta que se hacían ayer los analistas en demoscopia era: ¿De dónde procede ese voto que iría ahora a manos de Ciudadanos si las elecciones generales fuesen mañana mismo? La respuesta sorprende: el origen se encuentra en el descontento de Podemos antes que en un trasvase del PSOE, que lejos de acusar la interinidad de la gestora, logra subir 1,3 puntos (19,9%) y arrebata la segunda plaza a la formación de Pablo Iglesias.
Las tripas de este estudio del CIS reflejan que Ciudadanos no sólo avanza por el centro derecha, que sigue siendo su principal granero de votos, sino también por la izquierda, y dentro de ella, he aquí lo llamativo, no tanto por el lado de la socialdemocracia, corriente que dejó atrás en su último Congreso, sino por el espacio regeneracionista que compartió con Podemos desde el principio. Es decir, desde la irrupción de ambas fuerzas, calificadas como "emergentes", en el panorama nacional entre finales de 2013 y principios de 2014.
De este modo, Ciudadanos se estaría rehaciendo de uno de sus puntos débiles en las elecciones del 26 de junio de 2016. De cara a tales comicios, la dirección de Rivera se fijó el objetivo -fue justo en el sprint final hacia las urnas- de pescar votos entre 600.000 indecisos identificados por su equipo de analistas en una franja ideológica de centro-izquierda. En concreto, entre los valores 4-5 (siendo 1 extrema izquierda y 10 extrema derecha). Aquí competía con el PSOE, pero también con Podemos, sobre todo con su versión moderada, la que abanderó Íñigo Errejón antes de salir derrotado por el ala dura de Iglesias en la Asamblea de Vistalegre el pasado febrero. En este primer sondeo del CIS tras dicha Asamblea, el Podemos que antepone la movilización en la calle a la actividad parlamentaria cae hasta dos puntos con respecto a enero (de un 21,7% baja a un 19,7%).
El CIS refleja que Ciudadanos no sólo avanza por el centro derecha, sino también por la izquierda descontenta con Podemos
Ahora, parece que Ciudadanos ha sabido extender sus redes entre el descontento de Podemos a base de exprimir su discurso de tercera vía, de cambio sensato, creíble y fundamentalmente pragmático frente al bipartidismo. De momento, la organización de Rivera saca así rédito a su perfil regeneracionista y de lucha contra la corrupción, sobre todo tras forzar el relevo de Pedro Antonio Sánchez (PP) como presidente de Murcia. La formación centrista exigió la salida de Sánchez -imputado en el caso Auditorio y salpicado por Púnica- en cumplimiento del acuerdo de investidura con el PP y amenazó con una moción de censura de no producirse tal dimisión. El último barómetro del CIS, realizado del 1 al 8 de abril, coincidió con este episodio, que ha tenido fiel reflejo en la encuesta.
En lo referente a la valoración de líderes, el sondeo también da impulso a Rivera, que mejora su anterior nota (de un 3,56 pasa a un 3,68) y vuelve a quedar por delante del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (3,00), y del presidente del PP, Mariano Rajoy (2,91). La identificación de Rivera con el proyecto centrista de Emmanuel Macron en Francia, flamante ganador de las presidencias en este país, también sopla a favor del dirigente naranja para el siguiente barómetro.
Estabilidad
En declaraciones en el Congreso, Rivera agradeció este apoyo a los españoles, que, a su juicio, "están valorando a los (partidos) que trabajan y no tanto a los que no trabajan o a los que tapan la corrupción debajo de la alfombra", en alusión a Podemos y al PP, respectivamente. El líder centrista también extrajo del CIS que detrás de ese respaldo está además el compromiso de su partido con la estabilidad del país. Así, consideró que la decisión de votar a favor de la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno en octubre del año pasado fue "difícil pero correcta". Según recalcó, ello permitió "poner en marcha la legislatura" y, al mismo tiempo, obligar a un "Gobierno inmovilista" a adoptar "cambios y reformas".