Según la Real Academia Española (RAE), el miedo se define como una "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario". A pesar de que quien lo padece sabe en muchas ocasiones que es algo irracional -no siempre lo es-, es muy difícil controlarlo. Este puede ser el caso de uno de los miedos más comunes y frecuentes entre parte de la población: el miedo a volar.
La aerofobia o miedo a volar afecta, según algunos psicólogos, al 25% de la población mundial. Además, el problema también puede residir en otro tipo de fobias, como el miedo a los espacios cerrados -claustrofobia- o el miedo a las alturas, que recibe el nombre de acrofobia. De igual manera, la sensación de no tener el control, sentirse inseguro, o el miedo a sufrir un accidente son otras de las preocupaciones que afectan a este tipo de personas.
Hay tratamiento
Son muchas las formas de tratar este tipo de miedo, siempre de la mano de profesionales de la salud mental. El primer paso es encontrar la causa del miedo: si el paciente tiene aerofobia por un accidente o suceso traumático experimentado en el pasado, habrá que trabajar sobre él.
Otra de las formas de trabajar sobre el miedo a volar es saber detectar los síntomas físicos que provoca esta fobia: sudoración en las manos, pesadez al respirar o temblores pueden ser algunas de ellos. Saber identificarlos y tener herramientas para controlarlas puede ayudar a la persona a sobreponerse a la situación y ser capaz de afrontar el vuelo.
El truco para volar sin miedo
Una usuaria de la red social X ha querido compartir en un vídeo un sencillo truco que utiliza cada vez que tiene que coger un avión para llevar mejor su miedo a volar: basta con colocar un pequeño vaso de agua en la mesilla del asiento. "A mí me da miedo volar, intento que no se me note, pero obviamente si te da miedo volar lo pasas mal", comienza explicando la joven en el vídeo.
@angelaherrerooo es lo único que me ha funcionado a mí y espero que os sirva ?? #fyp #miedoavolar #volar ♬ The Winner Is - DeVotchKa & Mychael Danna
"Os voy a dar un truco para que no me dé miedo, es el truco del vaso de agua", afirma mientras enseña un pequeño vaso de plástico. "Tú dejas el vaso de agua encima de la mesa, y vas a ver que el agua no se mueve", explica. La joven añade que, aunque parece una tontería, le aporta mucha tranquilidad, ya que la percepción que ella puede tener del movimiento del avión no es tal: si apenas mueve un vaso de agua, no puede suponer ningún peligro real.
