Agencias

La iglesia cristiana de Mar Korkeis reabre sus puertas tras más de dos años bajo control de Estado Islámico

Las campanas de la iglesia cristiana de Mar Korkeis -- en la ciudad iraquí de Bashiqa -- han vuelto a repicar dos años después de caer en manos de la organización yihadista Estado Islámico, a pesar de la amenaza que encierra su proximidad, solo a 15 kilómetros, de la ciudad de Mosul, el gran bastión yihadista en Irak, ahora escenario de una masiva ofensiva militar.

La iglesia fue recuperada por las milicias kurdas de los peshmerga el pasado día 7 después de que Estado Islámico hubiera prácticamente exterminado a la minoria cristiana que residía en las tierras de Nínive, uno de los centros más antiguos de la Cristiandad.

La población ha comenzado a regresar poco a poco a una ciudad prácticamente vacía y han remplazado el crucifico que fue destruido por las milicias, mientras equipos de desminado siguen despejando las afueras y algunos dommicilios de explosivos.

"Queremos que la gente sea paciente y que no regrese hasta que despejemos completamente la zona. Lo más importante es que se sientan seguros", ha declarado el general de brigada peshmerga, Mahram Yasin.

Queda por definir el estatus político de la ciudad. En este sentido, el sacerdote de Mar Korkeis, el padre Afram, tiene claras sus preferencias: mejor seguir bajo el control del Gobierno Regional del Kurdistán. "Primero, por nuestra proximidad a la zona y después porque llevan protegiéndonos desde hace 13 años", ha explicado.

Nadie quiere pasar bajo el control del Gobierno central de Bagdad. "Nadie de Bagdad a venido a decirnos ni 'hola' siquiera desde la invasión", ha explicado el sacerdote, recordando 13 años de silencio del Gobierno iraquí tras el derrocamiento del sátrapa Sadam Husein.

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